jueves, 13 de junio de 2013

Escritores y "escritores"


Dicen que las mujeres se enamoran de los escritores (como quien se enamora de cualquier otro). Me ha pasado. Muchas mujeres (no tantas en realidad), que me ignoraban por completo, cuando se enteraron que soy un prospecto de escritor, se me acercaron con intenciones poco buenas y poco morales. Es que este oficio es tan cautivador como decepcionante: cautivador para los que nos aventuramos y dejamos todo por dedicarnos a ficcionar; decepcionante para quienes se dan cuenta que los escritores no tenemos ni para saciar la necesidad instantánea del mendigo de la esquina.

He comprobado que somos como esos insectos extraños a los que todo el mundo examina cuando son descubiertos. Los estudian, y los abren, y les sacan las entrañas y el cerebro para saber qué hay dentro, y luego, cuando todo está consumado, cuando ya saciaron su sed de científicos pro-obtención-de-conocimientos-para-el-mundo, solo entonces, se les deja en paz, a los que quedan, cuando ya la cantidad de especímenes no supera los diez, solo entonces, se les ignora, se les abandona. Así somos los insectos extraños, así somos los escritores.

Las chicas que se acercan donde los escritores lo hacen con la ingenuidad de Eva al comer el fruto prohibido. Luego de un tiempo, no mucho pues la reacción a veces es instantánea,  las susodichas nos descartan al darse cuenta que nuestros bolsillos están llenos “solo” de poemas y lápices, e ilusiones y más poemas, e ideas de cuentos y novelas, y alguno que otro sueño.

Es así que el joven escritor regresa a la soledad, a escribir sus más sentidos poemas. Después de todo, no es malo el obrar de dichas féminas, al contrario, si no fuera por ellas, no habría escritores románticos y desdichados y geniales. Así que, aunque nos retorzamos de dolor por la ausencia del amor de nuestras vidas (qué estúpido suena esto) es de ahí de donde nos valemos para explotar nuestro arte.

De pronto siento que el escrito se ha vuelto un tanto machista. No me olvidé de ustedes escritoras, tanta mujer valiosa que expresa con mejor tino las emociones humanas y animales. Recuerdo que me enamoré de una poetisa, Dios, qué hermosa, con dedos llenos de magia, su voz era el poema que todo poeta busca, era el poema más hermoso que se hubiera escrito (qué patético), era… lesbiana. Maldita sea, mi primer amor poético y era lesbiana. Aún sigo en amores con ella, ella no lo sabe, así que le hago el amor a su alma (estas son todas las estupideces que el amor nos provoca escribir). Me doy cuenta que he confundido amor con enamoramiento, tendré que filosofar un tanto con respecto a esto, así que el tema, por lo pronto, se queda ahí.

El propósito de escribir esto no es mostrar a los escritores como seres incomprendidos (la verdad es que sí lo son, pero eso solo lo confiesan ellos para sus adentros, no para el público), como seres que se inmolan por amor a la humanidad. Nada de eso. El fin último es que nos demos cuenta que el oficio del escritor es tan sincero como los demás (como los que son sinceros, por supuesto, aquí no entra el oficio de “gestor de obtención de artículos de pertenencia ajena” o “choro”, o el de “vigilancia exhaustiva no requerida con propósito de habilitación de guardado permanente de los ahorros de toda su vida” o “marca”, no, esos no).

El oficio del escritor es maravilloso, para los escritores, claro está. Al final, los escritores no somos nada del otro mundo, qué idiota quien piensa eso, somos solo seres humanos que escriben, como el zapatero que arregla zapatos, o como el mototaxista que maneja su mototaxi, y así. Cualquiera puede ser escritor, si hasta la autora de una saga romántica de vampiros y una exconductora peruana de tv basura escriben. Cualquiera puede escribir, de allí a llegar ser buen escritor es otro asunto.

Feliz día a todos los buenos escritores.

4 comentarios:

  1. Cualquiera puede escribir pero no todos saben escribir - buen pensamiento profe

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    1. Lo importante es escribir, no importa cuánto. El arte es esfuerzo.

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  2. Hermoso, yo escribo y estoy enamorada platónicamente de un escritor .Debo decir ,que lo amaba más cuando no tenía nada más que palabras.Ahora, infelizmente para mi , tiene mucha fama y seguidoras por añadidura ...

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    1. Otro mensaje que recién veo. Sí, la bendita fama. Hace poco escuché al actor peruano Reynaldo Arenas que no se debe buscar la fama, solo el reconocimiento. Lamento, por ti, que a tu escritor le vaya tan bien.

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