tag:blogger.com,1999:blog-49405456443404062052023-11-16T13:57:21.522-05:00Yo, diosBlog de ficcionesohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-50246316855321752352017-12-17T00:26:00.001-05:002017-12-17T00:26:55.087-05:00Llenar el crucigrama: alcances sobre la página en blanco<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeLOA7jaF35XHGK7DZGcFGwBAzFa9nHH7UJi1SkSSh3rfBxQWRlgWC_roj6s4yIu_87zESEyOO2LetIc2lQTBJchXWlAscNpCpPY95PwoWRwsLlPBtC6PTlhOIyaeEghBhGsuqvM2L-rbT/s1600/Captura+de+pantalla+2017-12-17+a+la%2528s%2529+00.06.54.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1065" data-original-width="1600" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeLOA7jaF35XHGK7DZGcFGwBAzFa9nHH7UJi1SkSSh3rfBxQWRlgWC_roj6s4yIu_87zESEyOO2LetIc2lQTBJchXWlAscNpCpPY95PwoWRwsLlPBtC6PTlhOIyaeEghBhGsuqvM2L-rbT/s640/Captura+de+pantalla+2017-12-17+a+la%2528s%2529+00.06.54.png" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde acá arriba puedo verlo todo. O lo que creo que puede ser todo.
Allá abajo las gentes corren por un largo camino de cemento, desaparecen y,
tras un segundo, vuelven a aparecer solo para desvanecerse una vez más. Los
árboles los enfrascan en fotogramas repetidos, como los que se usaban en las
caricaturas antiguas. Otras gentes caminan, despreocupadas, de pronto esperan
que el tiempo las rebase y sentir así que pueden andar en esta tierra más de lo
que deberían. El vidrio de la ventana por donde miro el mundo no me impide
sentir el viento que se cuela por una rendija en alguna parte que ignoro. La mirada
se desvirtúa y se concentra en el apenas perceptible reflejo de mi propio
rostro. Estoy cansado. Y no es para menos. Después de más de una hora sentado
frente al computador, no se me ha ocurrido nada. Llevo días intentando escribir
algún cuento que se sume a los que, a duras penas, he logrado reunir. En mi
caso, la escritura no fluye como un río amistoso en la mitad de un prado. Es
más como una gota de rocío por la mañana dudando entre dejarse caer o seguir
pegada a la hoja. La diferencia es que ese instante, que no siempre se prolonga
por mucho rato, en mí puede tardar semanas y hasta meses. Resulta raro hablar
de cuestiones acuosas y concluir con que me encuentro en una sequía escritural
tremenda.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En los años que llevo escribiendo, me he preguntado siempre por
qué no puedo publicar. O, por qué no quiero publicar. Aún. Sucede que el
síndrome de la página en blanco no siempre se limita a motivos externos: por
falta de inspiración, de tiempo, de temas, de lo que fuera. Y es raro que
siempre sea por falta de algo. ¿Acaso uno no puede sentirse agobiado por el
exceso de inspiración? La verdad, no lo sé, nunca me ha pasado. Ya quisiera. El
mejor ejemplo que se me ocurre para esto de los motivos externos es la vez en
que mi computador se echó a perder. Un día se apagó y ni el técnico más avezado
pudo darle solución. Solo se podía recurrir a formatear el sistema. Pude
recuperar las fotos, los videos, los videojuegos y el material pornográfico,
pero a los cientos de escritos que había recopilado desde mi adolescencia no me
quedó de otra que dedicarle</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"> la <span data-offset-key="3i2j9-0-1" style="background-color: white; color: #1d2129; font-style: italic; text-align: left; white-space: pre-wrap;"><span data-text="true">Sonata n</span></span><span data-offset-key="3i2j9-0-2" style="background-color: white; color: #1d2129; text-align: left; white-space: pre-wrap;"><span data-text="true">º </span></span><span data-offset-key="3i2j9-0-3" style="background-color: white; color: #1d2129; font-style: italic; text-align: left; white-space: pre-wrap;"><span data-text="true">2 </span></span><span data-offset-key="3i2j9-0-4" style="background-color: white; color: #1d2129; text-align: left; white-space: pre-wrap;"><span data-text="true">de Chopin</span></span>. Y ni ganas quedó de intentar recordar, que la memoria es pésima
y, por más que uno intente escribir a</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">lgo que ha escrito antes, siempre termina
por salir distinto. Es como cuando se te ocurre una idea en el autobús y no tienes
dónde anotarla; cuando llegas a casa ya la olvidaste y, si la recuerdas,
termina distorsionada y hasta inútil.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pasa también que hay motivos internos. En mi caso solo hay uno
(imagino que habrá quien tenga otros): borro casi todo. Me he convertido en el
peor crítico de mi obra. Puedo hacerme de oídos sordos ante las críticas del
resto, pero no ante las propias. Escribo y guardo, y unas semanas después estoy
llenando el tacho de basura (o la papelera de reciclaje) con los cadáveres que
dejan los escritos fallidos. Esa también es una página en blanco: la
autocrítica, la eliminación constante de muchas de las cosas que escribo. Algo
queda, por supuesto, pero la mayor parte se va. Y ahora que lo pienso, sería
mejor que lo guarde por si alguna vez a alguien se le ocurre publicar mis
papeles inesperados (gracias, Julio). Pero ahora es el ego incontrolable quien
escribe; lo más probable es que sea olvidado. Así lo deseo (gracias, Jorge Luis).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">He intentado de todo para que la página en blanco no me atrape. El
truco para superarla, dicen algunos, es escribir a diario. No importa si es
malo. Con la corrección se terminará tarde o temprano mejorando. También están
quienes dicen que uno se debe aventurar a escribir sobre tópicos a los que nunca
antes recurrió. Hay quienes además creen que se puede escuchar música, ir al
teatro, leer —o sea, recurrir a otras artes— para despertar la creatividad
propia. Y hay mucho de cierto en todo. Pero también está lo que se cuenta de
ciertos escritores de renombre: que escribió tal novela de 800 páginas en cinco
meses, que escribía cada dos años, que comenzó a publicar a los 50. Y también
hay razón en esto. Tal vez no haya secretos para escribir ni para publicar ni
para superar la falta de inspiración. Tal vez todo se resuma a envalentonarse y
ser perseverante. Aún así, quiero hacer un último intento por acabar con el
bendito síndrome. A ver:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cierta vez, mientras intentaba llenar el crucigrama de un diario
local de valor monetario superior a nuestra divisa, caí en cuenta de que
escribir es precisamente como eso, como completar un crucigrama. Uno se hace
con el bolígrafo dispuesto a enfrentarse a </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">lo desconocido. Puede que se sepan
algunos temas —así como uno identifica <i>palabra
de dos letras - río de </i>Italia, así también ya se ha escrito sobre el amor,
sobre la inmortalidad, sobre las invasiones extraterrestres—, pero, particularmente,
a pesar de que yo sí creo de que ya todo está escrito, si</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">empre queda el tipo de
presentación: cómo se enfrenta un escritor a determinado asunto y cómo lo
expone. El amor no es el mismo en las letras de Neruda que en las de Vallejo y
el infierno adolescente no es el mismo en Reynoso que en Salinger, por decir
algo. Las reglas ya están dadas, solo hace falta colocar las letras justas y de
modo distinto a como cualquier otro lo ha hecho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Así, se comienza a quitarle el vacío a los cuadrados blancos. Se
comienzan a entrelazar una a una las letras y las historias. En determinado
momento, uno se detiene a pensar o a recordar. Se pone el bolígrafo en la boca
como para que el conocimiento del mundo se cuele por alguna rendija hacia el
interior de uno. Se mira al vacío para encontrar el nombre de la catedral del
recuadro derecho y para pensar cómo reaccionaría cierto personaje a una
determinada situación. Se tacha la letra errónea que se creía correcta y que
coincidía en cantidad de letras y significado, y la parte que se cree cursi, o
que aporta mucho a la historia y hasta los adjetivos que matan (gracias,
Vicente). Puede que no se termine de completar el crucigrama, más si es de esos
gigantes del día domingo. Puede que la página en blanco se transforme en tu
monstruo bajo la cama. Pero hasta las páginas vacías pueden servir para
escribir. Algo como esto siquiera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">No se debe interpretar que intento banalizar el oficio del
escritor, porque sería como si yo estuviera tirando por la borda todo en cuanto
creo. Puede que esté intentando echar luz sobre mi propia oscuridad, tratando
de dar ese salto hacia el vacío. Puede que haya algo más que gentes y árboles
allá abajo que hasta ahora no he logrado ver.</span></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMvnRJBav6eDc8nN4CT3av15dswsy7-PUAvirXnJoge8VzrF1biLnMy955U9qNk05SdL6ZCbZCUP9qtaA7pzPGcj1l_JTlkKzPVmf4Xt7S5ZHZtcy8drMzR6aU7qA3grPFg4B9wOQlRcap/s1600/Captura+de+pantalla+2017-02-07+a+las+13.10.31.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMvnRJBav6eDc8nN4CT3av15dswsy7-PUAvirXnJoge8VzrF1biLnMy955U9qNk05SdL6ZCbZCUP9qtaA7pzPGcj1l_JTlkKzPVmf4Xt7S5ZHZtcy8drMzR6aU7qA3grPFg4B9wOQlRcap/s640/Captura+de+pantalla+2017-02-07+a+las+13.10.31.png" width="640" /></a></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="5g2b9-0-0" style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify; text-overflow: ellipsis;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">Murió el pequeño B-612. Juro que hice de todo para reanimarlo, aunque mucho no se podía hacer. Lo encontré en una posición extraña: su cuerpo formaba una curva temerosa de la que no me di cuenta hasta mucho rato después. Quizás sus hermanos lo aplastaron y, con el calor que hace, terminó asfixiado. Quizás se le atoró algo en la garganta y no hubo quien lo auxilie. Me sentí tan inútil soplando por su pequeño hocico, dándole suaves palmadas en el lomo, presionando su pecho. Pero nada funcionó. Cuando ya no se movió más, temí enterrarlo: quién sabe si solo estaba inconsciente o si había aprendido un truco que nadie le enseñó. Era tonto el pobre, pero lo quería. Las alimañas comenzaron a abandonar en mancha su cuerpo tieso y así supe que era hora de dejarlo ir.</span></div>
<div style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify; text-overflow: ellipsis;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">B-612 tenía un mes de vida y, al igual que sus hermanos, corría de un lado para otro, cayéndose y gruñéndole al mundo. No sé por qué, cuando Pacha su madre dio a luz, lo elegí precisamente a él. Quizás porque fue el primero que nació. No lo recuerdo bien. Era el único que tenía nombre. Lo bauticé el mismo día que nació. Ensayé varios nombres, pero al fin me quedé con el del asteroide en donde se pueden ver hasta 39 puestas de sol en un solo día, sobre todo cuando la tristeza es mucha. Su tumba fue un hoyo en el jardín, un hoyo del tamaño de mi mano abierta. Lo cavé en silencio a las cuatro con treinta. Me acompañó Ivanna, aunque Erre me dijo que lo hizo porque le gusta husmear y no porque sintiera pena.</span></div>
<div style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify; text-overflow: ellipsis;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">Siempre hay algo de lo que uno se arrepiente cuando pierde a alguien. Yo me arrepiento de no haberlo sacado a ver siquiera un atardecer. Pero ya no puedo hacer nada. Se me da que puedo dibujar una caja y pensar que adentro está B-612 y todo el universo que tenía para mostrar. Hay un pellizco de ausencia en mi corazón. Uno más.</span></div>
</div>
<div class="" data-block="true" data-editor="dsros" data-offset-key="72u6o-0-0" style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; white-space: pre-wrap;">
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="72u6o-0-0" style="direction: ltr; font-family: inherit; position: relative; text-overflow: ellipsis;">
<span data-offset-key="72u6o-0-0" style="font-family: inherit;"><span style="font-size: x-small;">Imagen: Foto tomada de <i>El Principito</i>, de Antoine de Saint-Exupéry</span></span></div>
</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-70531904825682436102016-08-16T21:21:00.000-05:002016-08-16T21:21:12.934-05:00La coleccionista de puertas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWT5ZFRRtjg88aDrvvJhA4nNIIj4iuY5kqOo_007w7LA7T9lBLhA8fXefM21HlDWU0Q9ng4BEBcoeeDzS4FNUG5bR2PeiK8c3HeUfVBMDv-J98jRRNt7xItQS301q7eKUTdMdifG1JqCU2/s1600/12484834_612983738840398_3967710116679635239_o.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWT5ZFRRtjg88aDrvvJhA4nNIIj4iuY5kqOo_007w7LA7T9lBLhA8fXefM21HlDWU0Q9ng4BEBcoeeDzS4FNUG5bR2PeiK8c3HeUfVBMDv-J98jRRNt7xItQS301q7eKUTdMdifG1JqCU2/s640/12484834_612983738840398_3967710116679635239_o.png" width="640" /></a></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Claudia colecciona puertas. Es la coleccionista de puertas más hermosa que existe. Es la única que conozco, pero sé que, si existen más, de entre todas, ella es la más hermosa. Aunque en realidad no sé si hayan muchas. No es que uno salga a la calle un jueves a las cinco, por escribir un día y una hora cualesquiera, y se encuentre a la vuelta de la esquina con una muchacha de ojos grandes y oscuros, de cabellos cortos y sueltos al viento, con la blusa verde o azul o blanca, y un sobretodo rojo, y que sea coleccionista de puertas. Por el contrario, ubicarla me ha tomado muchos años de búsqueda. Y no la quiero espantar. Se me ha pasado por la cabeza hacerme carpintero.</span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;">Yo me siento a conversarle sobre números y casualidades y ella me mira como si mirara una puerta cerrada a la que quiere abrir. Cuando le toca el turno de hablarme, me pongo a pensar en que yo antes de conocerla creía que no se podía coleccionar más que monedas, boletos, memorias, tardes en la playa. Grande fue mi sorpresa cuando, un día, así de esos en los que no se espera que pase nada que no pase en cualquier otro, ella se acercó y se planto delante de mí.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;">—¿Me regalas tu puerta?— La miré entre divertido y preocupado. Qué loca más linda, pensé. Decidí seguirle la corriente:</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">—Y... ¿sueles pedirle la puerta a cualquiera que se te cruce en el camino?— Ella sonrió con los ojos.<br />—No, la verdad es que nunca le había pedido la puerta a nadie, pero es que puede que la tuya no la vuelva a ver jamás—. Me preocupé más aún.<br />—Ah, y, ¿qué de especial tiene mi puerta?—. Cada vez entendía menos.<br />—Que el seguro está echado.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;">Ese día, Claudia me contó sobre su curiosa forma de hacerse con las puertas. Verás, que de pronto voy caminando por una calle por la que nunca pasé antes y que veo una puerta: alta, cuadrada, vieja, tiene un cerrojo por fuera que no tiene candado. La veo y la quiero para mí, así que le tomo una foto mental. Le interrogué sobre por qué no optaba mejor por tomarle una foto con una cámara y así podría hacer una suerte de álbum. Para qué, me respondió. Yo no colecciono fotos, yo colecciono puertas. La miré sin entender. Ya, pero, o sea, ¿tú qué haces?, ¿la tocas (de 'llamar' a y no de 'sentir') y cuando sale la dueña, una mujer gorda y amable, le dices que te quieres llevar su puerta y si te dice que sí, que está bien, entonces, le sacas los tornillos a las bisagras y te llevas las hojas y la sumas a las otras puertas que tienes en casa? Me devolvió la mirada con divertida paciencia, cerró los ojos y negó, que no, que así no funcionaba. ¿Entonces?, pregunté. Lo que hago es tomarle una foto mental, es decir me llevo el alma de la puerta conmigo, no toda claro, porque sino dejaría de ser puerta y ya no podría cumplir su propósito. Sonrió y yo no pude hacer nada más que quererla y desear abrazarla y decirle que era feliz de que llevara ese sobretodo rojo y de que tuviera los ojos oscuros y grandes y de que coleccionara puertas. Tenía un millón de preguntas en la cabeza, como que a qué se refería cuando me dijo que quería que le regalara mi puerta, para empezar, digo, pero solo le correspondí la sonrisa. Adentro comenzó a sonar un traqueteo extraño, los <i>déjà vu</i> se activaron recordando una infancia de inhaladores y muchas inyecciones, pero no tenía miedo. Tratando de vencer el silencio, hice una mueca de lado con la boca, alcé las cejas y dije lo primero que se me ocurrió:</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px; line-height: 19.32px;">—Sabes, yo colecciono ventanas.</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-60251576724741090442016-08-01T00:45:00.000-05:002016-08-01T11:57:33.110-05:00Teoría de las primeras cosas<!--[if gte mso 9]><xml>
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<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Sucedió
cuando tenía cinco años. Había aprendido a contar números a muy temprana edad,
sin que nadie se lo enseñara. Lo hizo de una forma bastante distinta a como la
mayoría lo hace: empezó por darse cuenta de la existencia de los objetos y la
sucesión de los eventos; luego, bastó con notar la repetición de los
especímenes y el proceso cíclico con lo que acontece todo en la naturaleza. Un
día, mientras su madre le sacaba el cobertor que la protegía del viento, vio
revolotear un insecto nuevo, uno que nunca había visto antes, muy pequeño de
color rojo y con puntos negros, y comprobó así la singularidad. Ya había
reparado en esto tiempo atrás, cuando abrió los ojos e, incomprensiblemente, un
tipo vestido de blanco le propinó un golpe. Pero aquello solo había sido el
inicio seguro de un sinfín de pruebas que desencadenarían en el descubrimiento
de la eternidad. Rápidamente, la teoría de las primeras cosas se había formado
en su cabeza.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: #1d2129; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Llegó
el día en que vio el sol. O lo sintió, porque el primer destello la deslumbró
de tal forma que no pudo contener la mirada ni un solo segundo y tuvo que
voltear a ver la cara redonda de su madre. Al día siguiente, sucedió lo mismo.
Y al siguiente. El verano era constante y el sol era la premisa que articulaba
la tesis del </span><i style="color: #1d2129; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">dèja vú</i><span style="color: #1d2129; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">. Desde entonces, todo comenzó a repetirse una y
otra vez. El primer insecto nunca dejó de ser el primero, pero pasó a ser parte
de un grupo de insectos todos iguales: pequeños, de color rojo con puntos
negros. Y el primer sol solamente fue el prefacio de los cientos de soles que
la deslumbrarían y la obligarían a ver a otro lado en todos los años en los que
caminó en estas tierras.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Pasó el tiempo y ya que la unidad había dado paso a muchas otras unidades, había
optado por identificar de manera especial los grupos en los que nuestros ojos
comunes identificarían dos elementos, o tres, o cuatro, y así hasta los números
que nadie se atreve a pensar y se terminan por llamar años-luz o eones o gúgol.
Así que comenzó a contar las cosas por el grado de emoción que le causaba la
repetición de cierto objeto o situación determinada. Es decir, cuando algo le
emocionaba sobremanera, sabía que debía tener un valor más especial que aquello
ante lo cual la emoción no era más que un susurro imperceptible. El grado de
emoción estaba sujeto a las veces en que había sido testigo de un evento. Si
nunca había visto repetirse algo, la emoción era mayor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">El
día extraordinario la había encontrado en el jardín de la casa, en donde se
pasaba la mayoría del tiempo cavando pequeños hoyos para enterrar los cadáveres
de los insectos y alimañas que encontraba: pequeñas tijeretas o chanchitos de
tierra, y hasta algún pedazo de lombriz. Aunque lo que más le gustaba eran las
arañas, por eso cuando encontraba algún exoesqueleto, la tomaba muy sutilmente,
la ponía en la pequeña tumba y lo cubría de tierra húmeda. La miraba por unos
segundos y le sonreía de medio lado, como en una suerte de despedida. Tenía una
agenda en donde llevaba la cuenta de sus insectos muertos, clasificados por el
grado de extrañeza ante su presencia peculiar o repetitiva.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Ese
día, se acercó a uno de los girasoles que se doblaban en medio de las demás
flores de menor tamaño. Y lo vio. Ahí estaba, pequeño, rojo con manchas negras.
Al principio creyó que era uno más de los insectos de la misma especie que
siempre veía revolotear por allí. Pero, justo cuando iba a posar la mirada en
otro lado, supo exactamente lo que iba a pasar. El pequeño insecto volaría en
derredor de los girasoles y se iría a detener en la punta de su dedo índice.
Fue una especie de fotografía que alguien había tomado en algún momento del
tiempo infinito y que había decidido revelar justo ahora para ella. El insecto
se abrió como una nuez y unas minúsculas alas negras se asomaron. Se entregó al
viento y dio un par de vueltas a los girasoles, describiendo un número ocho en
el aire, como si dibujara el interior de una fruta. Se diría que planeó, pero
sabido es que los insectos no pueden dejar de mover las alas, a menos que
quieran caerse como la manzana de Newton. Y se fue a parar a la punta de su
dedo, cuya mano dueña se había alzado mecánicamente hasta quedar a la altura de
su nariz. Lo miró como si fuera el primer insecto rojo con manchas negras al
que viera, como aquel que vio años atrás. Giró la muñeca sin desprender los
ojos de la pequeña coraza roja brillante del insecto. Cuando escuchó una voz
lejana, como si anduviera en un sueño y alguien intentara despertarla
llamándola a gritos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">—¡María
Fernanda!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">—Eh...
¿Mamá?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">—Hace
horas que te llamo para comer, niña. ¿Qué haces?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">—No
lo sé…<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">La
madre puso cara de circunstancias y sirvió limonada en un vaso. Segundos
después un insecto rojo con manchas negras entró revoloteando en la casa.</span><span style="font-family: "calibri";"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="color: #1d2129;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;">[Imagen editada de Internet]</span></span></div>
<!--EndFragment-->ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-64123018977543858332016-07-25T19:35:00.000-05:002016-07-25T19:35:11.468-05:00Si yo abriera la boca<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdR22yQti3Aw8l5gZUaFZN_MdLq-bCHM2UPBmpLW9NDEzYOQpxdz14-u54lSKN7Pki1jO8qIYnPgNKXtSace8uQVT1hHwIB0FkH9KLEWwgDQLEV2qnkba8CTTvkdB_ic-Y1gO5LBy0z10f/s1600/arbol.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdR22yQti3Aw8l5gZUaFZN_MdLq-bCHM2UPBmpLW9NDEzYOQpxdz14-u54lSKN7Pki1jO8qIYnPgNKXtSace8uQVT1hHwIB0FkH9KLEWwgDQLEV2qnkba8CTTvkdB_ic-Y1gO5LBy0z10f/s640/arbol.jpg" width="460" /></a></div>
<br />
<div class="" data-block="true" data-editor="4sh8a" data-offset-key="6f21d-0-0" style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 18px; white-space: pre-wrap;">
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="6f21d-0-0" style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">Si yo abriera la boca para pronunciar tu nombre, desaparecerían los pájaros y los árboles, las noches de luna llena y el tañer de las olas. Y los días jueves a las tres de la tarde. Y quién sabe si también el color rojo de las cosas rojas (con esto último no se puede estar seguro, que el daltonismo estropea cualquier teoría sobre el arcoíris). Pero, ¡qué cruel sujeto sería si hiciera con mi voz desaparecer pájaros y árboles y noches de luna llena y el tañer de las olas. Y los jueves a las tres de la tarde! (Sin el color rojo se puede sobrevivir, que lo que sí es seguro es que las fresas seguirán siendo fresas).</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="6f21d-0-0" style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">Prefiero mirarte desde lejos atrapar los atardeceres con tu artificio de captura de instantes decisivos: mirar el mundo como lo haría Telemo, mientras desnudas mi destino impreciso, mis ganas de gritar tu nombre y con ello hacer desaparecer todo de cuanto están compuestas tus obsesiones. Quizás ni falta hace que escriba esto, porque tú conoces el punto débil de mi cuerpo de guerrero contemporáneo, mis deseos incisivos por la materia de la que estás hecha: plumas, raíces, locura y espuma. Me conoces y me amas desenfocado, sin filtros, sin esperar que llegue las tres de la tarde del jueves para guardarme en tu pecho en la misma posición como lo harías con el <i>Impression, soleil levant.</i></span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="6f21d-0-0" style="direction: ltr; position: relative; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; letter-spacing: -0.24px;">Si yo abriera la boca... pero prefiero hacerme uno con tus plumas y raíces, con tu locura y con la espuma de tus olas. Con el tic-tac del instante preciso: tres de la tarde, calle de casas comunes, tú y yo, pájaros y árboles, pájaros y árboles. Y siempre el color rojo.</span></div>
</div>
<div class="" data-block="true" data-editor="4sh8a" data-offset-key="9435k-0-0" style="background-color: white; color: #1d2129; letter-spacing: -0.24px; line-height: 18px; white-space: pre-wrap;">
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="9435k-0-0" style="direction: ltr; font-family: inherit; font-size: 14px; position: relative;">
<span style="color: black; font-size: x-small; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: justify; white-space: normal;">[Fotografía: Rosángela Alva]</span></div>
</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-35517503148189915392016-02-20T20:09:00.000-05:002016-02-20T20:17:39.468-05:00odunsed<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivERW5Qknuzk2QcQDTxoqJpl7BQKYLsBjKGgSxlm0JnN8oNMayaV7AJ1zB1YPuQK3PJpJOTg5gFlhS9g88VJnP1f3TU5s8VEKF-uIst4P1BGEzKTY8RLCpJcUx4VW1E0Hd3OSOQNK0Zcum/s1600/Sin+ti%25CC%2581tulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="490" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivERW5Qknuzk2QcQDTxoqJpl7BQKYLsBjKGgSxlm0JnN8oNMayaV7AJ1zB1YPuQK3PJpJOTg5gFlhS9g88VJnP1f3TU5s8VEKF-uIst4P1BGEzKTY8RLCpJcUx4VW1E0Hd3OSOQNK0Zcum/s640/Sin+ti%25CC%2581tulo.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">La noche cae sobre mí con tus piernas abiertas que me someten a la colisión inevitable de constelaciones que no existen más allá de este espacio —la primera, el padre de Mirtilo, en la que se destaca Capella; y la segunda, la madre de Eros, antiromántica, en contraste con su hijo—, que no saben más que seguir sus sinos imperturbables, su día a día nocturno que termina al final de tu espalda y comienza en mis ganas de saber que existes, que eres algo más que papel y lápiz.</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Pero el inicio de esto, a pesar de ser eterno y circular (perdón por la redundancia), se le puede rastrear en una noche de septiembre, invierno, al pie de una ventana, piedra en mano, con las pocas fuerzas que le quedan a un sujeto que teme romper la luna (y no la Luna) en mil pedazos. Al otro lado, una mujer, a la que llamaremos Alpha, por no tener más datos al respecto, se alerta, corre las cortinas y va presurosa a abrir la puerta. El silencio se les pega a los pies y entran sigilosos a la habitación. No hay luz y él, de quien tampoco sabemos mucho, pero a quien llamaremos, por efectos prácticos, Omega, se topa contra todo. Ella lo piensa tiernamente tonto y sonríe. Se echan en la cama que invade la mitad del reducido cuarto y comienzan a conversar sobre el silencio y las estaciones del año, sobre las niñas de cinco años y las nueve letras que se necesitan para formar la felicidad.</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Alpha comienza a soñar despierta y siente, entra la niebla que cubre el estado de su no vigilia, la necesidad de entregarse al hombre que ha sido capaz de encontrarle el final al universo. Omega termina por ser parte del sueño. Este coge las manos de aquella y las hace desaparecer. A lo lejos ladra un perro pero no hay tiempo ni espacio, ni ninguna otra dimensión física, para las fobias más comunes que suceden en Omega: cinofobia, ligirifobia, acrofobia, catoptrofobia (o aibofortpotac, que funciona mejor en su caso): miedos desmedidos que en lo más profundo de su alma tienen un único origen. Solo existe lugar para el grito insonoro en el preciso segundo en el que sucede la inevitable colisión de constelaciones, donde las manos y las piernas y los labios y los pechos desnudos dejan de ser proyecciones humanas y se convierten en puertas y ventanas. Oh, si pudieran ver lo que yo, si pudieran siquiera, ver la oscuridad que los rodea, escuchar al menos su imperativo silencio.</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Todo sigue su curso cubista —donde las piezas encajan donde no deben—, pero es preferible saltarse lo que ya se sabe.</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">A la mañana siguiente, Alpha camina al baño restregándose los ojos, abre el grifo y siente el agua helada entre las manos. A la derecha hay unos cepillos de dientes y un jabón; al centro, un espejo; a la izquierda, un rollo de papel higiénico. Lleva las palmas llenas hacia la cara un par de veces. Siente cómo todo su ser se estremece como la noche anterior. Se le viene a la mente, sin saberlo, una canción rock que escuchaba en su alocada adolescencia. Levanta el rostro, abre los ojos y allí está Omega.</span><br />
<span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: large;">Septiembre, 2015</span></div>
<div class="_1mf _1mj" data-offset-key="cq44m-0-0" style="color: #141823; direction: ltr; line-height: 18px; position: relative; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">
<span style="color: black; font-size: x-small; line-height: normal; white-space: normal;">[Imagen: Nebulosa del Águila]</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-62574889502732797312015-07-14T20:33:00.001-05:002015-07-14T20:33:21.975-05:00Desvaríos: formas de extrañarte<div style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDblkGM1vaMRIyjba6UGDpeMUaSCeE8rRGlxfK4eWYgImIdcpqjfSDuKIHPZebc3cBvaMfNl6dXU8z3Cf3m5xWr61fDK7hrpRm4oZrG3VdB43t3icnn1nEc6QaHfaKW0l6BL4Tw3n_b6sI/s1600/asa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDblkGM1vaMRIyjba6UGDpeMUaSCeE8rRGlxfK4eWYgImIdcpqjfSDuKIHPZebc3cBvaMfNl6dXU8z3Cf3m5xWr61fDK7hrpRm4oZrG3VdB43t3icnn1nEc6QaHfaKW0l6BL4Tw3n_b6sI/s640/asa.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cinco de la tarde y te ando extrañando como te extrañaba a las nueve de la mañana de hoy. El mismo modo: con el frío que apremia y un huracán en el corazón.</span></span><br />
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Tomo mi lápiz favorito (cualquiera) y escribo un par de palabras que me suenan a déjà vu: "Cinco de la tarde y te ando extrañando..." No me convencen, así que las desecho y escribo otra cosa:</span></span><br />
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><div style="margin-bottom: 6px; text-align: justify;">
Me siento a leer <i>Inferno</i>, de Brown. Entre sus páginas, como no puede ser de otro modo (por la obviedad del título), me encuentro con Dante, el poeta florentino. Recuerdo que tenía trece (número de miedo) cuando leí la <i>Divina Comedia</i>. Tenía poco más de siete (número de suerte) cuando caí en <i>El Principito</i>. Pienso en todos los libros que he leído (que deben ser diez, con temor de pasarme). Pienso en <i>El gaucho insufrible</i>. Fijo mi atención en el cuento que da nombre al libro, mientras escucho a lo lejos <i>Como las piedras</i>. Pienso en <i>El sur</i>, de Borges. La Argentina se me viene a la cabeza y con ella Cortázar. Cortázar. Dejo de pensar en libros. Afuera, la noche va cayendo y me pregunto si puede quedar boca arriba. Subo las escaleras al segundo piso para cerciorarme. Llueve. Cierro los ojos y veo hacia adentro: no hay Luna en esta noche prematura.<br />
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">Arriba pienso en otras tantas cosas: a veces pienso que nadie entiende lo que escribo porque no se escribe para ser entendido, se escribe para entender al resto de animales que pueblan la ciudad con sus pasiones descontroladas y su dios que se llama Dios. Pero no puedo entender a nadie. Creo que debería dejar de escribir. Para siempre. Me siento tan solo acá arriba sin ti. Veo a lo lejos las luces de la Lima que tanto odio pero a la que jamás podré decir adiós del todo. Brillan y pienso si es posible que las estrellas se caigan.</span></div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px; text-align: justify;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">Una gota de lluvia me cae en el corazón (ignoro cómo lo hizo). Dejo de escribir. El papel se ha mojado todo. El lápiz se desvanece como una nube de madera, con mi aliento de las seis de la tarde.</span><br />
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">Leo lo que he escrito (lo poco que se puede entender: las letras chorreadas imposibilitan la vida) y me gusta la única línea legible:</span><br />
<span style="line-height: 19.3199996948242px; text-align: left;"><br /></span>
<span style="line-height: 19.3199996948242px; text-align: left;">"Me siento tan solo acá arriba sin ti... sin tu alma de paraguas".</span></div>
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px; text-align: left;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span>
<span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px; text-align: left;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span>
<span style="font-size: x-small;">[Imagen: Detalle de How I met your mother]</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-40681151975950280582015-02-27T16:19:00.000-05:002016-07-25T19:33:00.983-05:00Día 55: Piraustas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix_w_h1YJNRTCnSwyZq-AwIS9CkcHhmlxr6jxFwgryLYXvZrxwDSBa259WM-z8lTOhYUF07KscmIjTNkQAqVCX2eOI7IYI6g8c8zgDJgQG3TUxzyWQFkZFRGBiolmmWguIZygN5xwxs6Q_/s1600/lluvia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix_w_h1YJNRTCnSwyZq-AwIS9CkcHhmlxr6jxFwgryLYXvZrxwDSBa259WM-z8lTOhYUF07KscmIjTNkQAqVCX2eOI7IYI6g8c8zgDJgQG3TUxzyWQFkZFRGBiolmmWguIZygN5xwxs6Q_/s1600/lluvia.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Febrero llegaba en estado líquido. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Bajamos del autobús y la lluvia nos golpeó el rostro con rencor de naturaleza vengativa, aunque a nosotros nos supo a los últimos minutos de Midnight in Paris. Era nuestra primera caminata en una noche lluviosa y sonreíamos; improvisamos un paraguas con un folio negro, mientras yo pensaba que las mejores cosas de la vida son acuosas: esa noche y su repentina no-garúa, sus pupilas húmedas, el llanto del día siguiente. Porque después del llanto que sabe a miedo y a rabia, y a impotencia y a ganas de no estar/ser más, siempre hay razones para sonreír.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Caminamos hasta Diagonal y tomamos otro autobús hasta Benavides. Íbamos recordando las primeras veces que nos vimos. Yo le contaba que aquellos días estuvieron llenos de felicidad absoluta, de miedos instantáneos, de piraustas revoloteando en el corazón. Fueron tantas emociones que la taquicardia dejó de ser una palabra recurrente suya para convertirse en el resultado de nuestros encuentros. Lo que no dije fue que ella me seguía causando la misma sensación de esos días. Su sonrisa de infarto inmediato sigue aún hoy jugando con mi pulso, sus pupilas eternas me alucinan un náufrago irremediable y yo sigo nadando a su orilla, sus mejillas que no conocen más colores que el rojo me regalan los mejores atardeceres sin sol.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Después de media hora, llegamos a Benavides y sus semáforos que nunca se deciden. Me detuvo, arguyendo las reglas de luces de tránsito, y yo reí; siempre fui yo quien lo hacía y ahora era ella quien me daba clases de normas ciudadanas. Te salvé la vida, dijo. Te debo veinte céntimos, agregué. Nos reímos, como siempre, de todo, porque nos reímos de todo: de las bobadas que decimos para entretenernos, de un escritor de literatura rosa, de mí (aunque ella diría que es conmigo, pero creo que es de mí, o, en el mejor de los casos, de mí conmigo. No importa, con tal de que sea feliz un segundo, puedo ser un comediante improvisado graduado en la Plaza San Martín), de la lluvia, de las cosas que suceden mientras nos besamos desesperados, de cualquier cosa que nos permita retener fotogramas en donde siempre salimos sonriendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Atrás quedaba la entrada de una universidad privada. Un día antes nos habíamos sentado afuera; comíamos chocolates y me escribió la dedicatoria en un libro que atesoro (variante de una palabra suya) con el corazón, porque en él se confabulan nuestros días juntos, las promesas que no son promesas (porque nunca prometemos nada. Cualquier cosa que decimos es un hecho a futuro, no nos preocupamos en la obligatoriedad del porvenir causada por un juramento que podría diluirse con la lluvia que nos acecha, porque nos sabemos un uno indivisible con características duales), las páginas que leo cuando voy en el autobús, el autor que lleva el nombre de mi padre y por eso, y por su genio creativo, consumo adictamente (con las disculpas de Cortázar). Leí la dedicatoria y le leí también el destino junto a mí, sentados, leyendo, viejos, arrugados, con las sonrisas que no se gastan, sabiendo que nuestro mundo sí funciona, porque somos un todo de amor, realidad, ficción…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Me cuenta que me dibujó en un test psicotécnico, con mis cabellos raros y mis zapatillas de siempre, con mis ojos que le encantan (dice) y mi sonrisa de infarto inmediato (el ego me hace escribirlo). Y yo la estoy amando, como la amo en cada cosa que me cuenta y en cada cosa que ella es.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">La espera se prolongó un poco —como siempre, nuestras despedidas duran tanto como los aplausos a un tenor español; ninguno quiere dejar el nido (palabra que acabo de recordar de una tarjeta que me hizo hace muy poco)—. Nos abrazamos tanto y tan fuerte, como intentando dejar las manos marcadas en nuestras espaldas, como si con eso evitáramos que la lluvia nos apagara las mariposas ígneas que creamos en nuestros adioses eternos. Nuestras piraustas no saben volar lejos, no quieren, solo nos incendian los pechos y se largan un rato a encender las estrellas para nosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;">Subió al carro que la llevaría a casa. Espero que parta, doy media vuelta, y camino con dirección norte (sur en su caso, en su traducción de direcciones erradas, de la que me río con ella), mientras abro la mano y dejo volar la última pirausta del día: se eleva y planea hasta el carro en donde acaba de partir y le susurra algo que solamente ella sabe.</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-78530781632545958102014-08-22T01:44:00.002-05:002014-08-22T01:46:11.108-05:00Males necesarios<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwA0pkfOY4xTT2pXjK9qlqcNkAAJyKsq3c0dxhjfmT2xUKd4swyWqIxEk9Y-nbeppqL0Y-_18ebj2MBO7rOsdsu6wzGS9QcyMvDcXXI7UqA766AOsoPUJ3z-wCFJpqwB1L4QR7dPNzGPxA/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwA0pkfOY4xTT2pXjK9qlqcNkAAJyKsq3c0dxhjfmT2xUKd4swyWqIxEk9Y-nbeppqL0Y-_18ebj2MBO7rOsdsu6wzGS9QcyMvDcXXI7UqA766AOsoPUJ3z-wCFJpqwB1L4QR7dPNzGPxA/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" height="272" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;">Leer, escribir, respirar, tú.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br />
<span style="background: white;">Tirarme en algún
mueble cómodo (no tanto como para que el sueño me domine), con un libro de
verdad (no de esos con las letras virtuales) y echarme a llorar como un niño,
con las lágrimas sinc<span class="textexposedshow">eras, con los
brazos dispuestos a recibir cualquier historia.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br />
<span class="textexposedshow">Sentarme en el marco de la ventana, con las piernas
encogidas, con la portátil en el regazo, teclear un par de palabras absurdas:
“Leer, escribir, …”, con la calle abajo mirándome con ganas de recibir mi
cabeza y mis manos y mi portátil para hacernos uno con su asfalto y sus gentes
que son una sola persona multiplicada hasta el cansancio.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br />
<span class="textexposedshow">Meter aire en los pulmones, hasta que el oxígeno se
anime a no irse y el carbono decida salir, hasta que la acción de
aspirar-espirar se ajuste a mi voluntad, y pueda hacer que se detenga en el
segundo exacto cuando mi deseo de no estar llegue al clímax.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br />
<span class="textexposedshow">Caminar tomado de tu mano y besar tus párpados, porque con
tus manos aprendo que caminar es amarte avanzando hacia allá, o hacia acá, o
hacia algún lugar que quede lejos, pues es lo único que importa, que esté
lejos, para caminar más, y no por el hecho de caminar, sino por el hecho de
hacerlo tomado de tu mano… Uff… porque con tus párpados aprendo que la belleza
no es permanente, cuando me ocultas tus ojos cada cierto segundo, cuando tus
párpados se juntan y me veo solo por una milésima de tiempo, porque no puedo
hacer que veas el amor que tengo en los labios para ti, porque eres cuando
tienes los ojos en mí y dejas de ser cuando sientes el rojo oscuro pegado a las
pupilas.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br />
<span class="textexposedshow">Leer, escribir, respirar, tú: males necesarios.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;">Escribir,
respirar, tú: males necesarios.</span></span><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;">Respirar,
tú: males necesarios.</span></span><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;">Tú: la
mejor forma de que nadie note que hablo de mí.</span></span><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><o:p><span style="font-size: large;"><br /></span></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;">Enero,
2014</span></span></span><span style="background: white; color: #141823; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">[Imagen editada de la web]</span></span></span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-19360294967595219472014-08-15T15:00:00.001-05:002014-08-15T15:00:02.858-05:00El plan perfecto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht9_OJ0UksxiFKT8dBT7fK9bHuiyvvmFsBUIfjySmkehLqwfW_VAtBA037Mn7kSOccpoPQ1QRNRSqpm2XedI3jE2hByECG3lZO88OJR0Xe17SG0TBJGq2lmoaGNurwq-4554TQJ4Mu0d88/s1600/Sin+t%C3%ADtulo+(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEht9_OJ0UksxiFKT8dBT7fK9bHuiyvvmFsBUIfjySmkehLqwfW_VAtBA037Mn7kSOccpoPQ1QRNRSqpm2XedI3jE2hByECG3lZO88OJR0Xe17SG0TBJGq2lmoaGNurwq-4554TQJ4Mu0d88/s1600/Sin+t%C3%ADtulo+(2).jpg" height="338" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Hoy, después de muchos días, te volveré a ver, Sophia. No sé si me recordarás, si vendrán a atacarte, como a mí, todos esos momentos que hemos vivido sin vivirlos: la vez que planeé hablarte y un tipo se sentó donde tú debías hacerlo (¡cuán triste te has de haber sentido!); y aquella vez en que te confesé que te amo y tú fingiste que no me escuchaste por llevar los audífonos puestos (te seguí el juego, tontita); y la otra en que me envalentoné y me acerqué a ti dispuesto a escupirlo todo, y de la nada un sujeto se acercó y te besó (pero sé que lo hiciste para que yo me muriera por los celos, y lo lograste, aunque pobre muchacho, lo siento por él). </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">He estado en plan error - error - error; un plan bastante circular, por cierto. Pero eso se acabó: hoy no habrán más planes, y es lo mejor. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En alguna ocasión escribí sobre lo poderoso que soy (o que me siento) por tener la vida que se me viene en gana, pues puedo ser un Samsa, un Funes, un Homero, un Buendía, un Oliveira. Y hoy, gracias a mi omnipotencia, amaré a una mujer, la que se me venga en gana, pero no quiero a Penélope, o María, ni a la Maga. Te quiero a ti, Sophia. Por eso, desde hoy, serás de papel y tinta, y seré yo quien te escriba. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Noviembre, 2013 </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">[Imagen editada de la web]</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-55117916316140980752014-08-15T11:11:00.000-05:002014-08-15T11:11:59.117-05:00El plan (im)perfecto [3]<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNu6PtvibmW1Mwc8vMlDYdrX90Pyt7RIjeSlIDpB_I2fTERM2lOEL_ftHMGz97X5kNQeskpP_KQ8KzXxxHXctwSKTrikRutPsWfBpi6a04akURW8YGWt1JNHbDnyPyqjw7JGq_fq5_Vm1g/s1600/32388881.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNu6PtvibmW1Mwc8vMlDYdrX90Pyt7RIjeSlIDpB_I2fTERM2lOEL_ftHMGz97X5kNQeskpP_KQ8KzXxxHXctwSKTrikRutPsWfBpi6a04akURW8YGWt1JNHbDnyPyqjw7JGq_fq5_Vm1g/s1600/32388881.jpg" height="480" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;">Después de dos intentos fallidos de hablarle y enterarla de cuán loco me vuelven su voz aniñada, sus bucles, sus níveos dedos, sus labios escarlata... por fin, me envalentoné y decidí acercarme a abordarla directamente, sin más. Esta vez no había ningún alumno de Ciencias cerca, ni llevaba los audífonos ocultos entres los cabellos. La distancia cruel se fue acortando centímetro a centímetro, y ella, grácil, leía echada sobre el césped. <i>Fantasía</i>, de 84, que por estos días me tiene <i>acojonado</i>, me acompañaba en la larga travesía. Las manos me temblaban, las piernas querían que saliera huyendo (como tantas otras veces). Boté airé, tratando de que la velocidad de mis latidos decreciera. Dios estuvo en mis labios durante el segundo que exhalé, luego, como siempre, se hizo uno con el viento. Seguía echada, leyendo; el mundo no se atrevía a interrumpirla. Con los metros consumiéndose bajo mis pies, uno a uno mis más grandes temores de niñez fueron envolviéndome en una reminiscencia maldita; pero no era tiempo para ser cobarde: la mujer más hermosa del mundo estaba allí, a mis pies, literalmente. Cinco metros. Cuatro metros. Tres metros. Dos... </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;">No pasó nada extraordinario que me hiciera perder la ocasión de poder confesarle los desvelos a causa suya. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;">Como si siempre hubiera sabido que me hacía sentir como un adolescente, levantó la mirada, se puso en pie, y me sonrió. Mi corazón, para entonces descontrolado, se detuvo. Pasaron uno, dos, tres mil segundo. Mis labios se activaron prestos a devolver la mueca de magia... Y alguien pasó por mi lado, la tomó por la cintura y se estamparon un beso más apasionado que el de Rick e Ilsa en <i>Casablanca</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-size: large;">Octubre, 2013</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; color: #141823; font-family: 'Times New Roman', serif;">[Foto: Marco Gamarra Galindo / <a href="http://www.panoramio.com/user/117185?with_photo_id=36216675">http://www.panoramio.com/user/117185?with_photo_id=36216675</a> ]</span></span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-63719005862188056412014-08-14T16:30:00.000-05:002014-08-15T11:44:37.121-05:00El plan (im)perfecto [2]<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0p174t5bpLxV8Xp4rU2qFSG7Jz_iNp2vASFx4Wel95zMPM3KorKq0_CIEae5fo2dFrNHuwKEOJE16el4Ah3AkKzPAde-vVj84virhS0-HuMlRA1tcOcOedcgevVDVLBfGz7i-NftekKWY/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0p174t5bpLxV8Xp4rU2qFSG7Jz_iNp2vASFx4Wel95zMPM3KorKq0_CIEae5fo2dFrNHuwKEOJE16el4Ah3AkKzPAde-vVj84virhS0-HuMlRA1tcOcOedcgevVDVLBfGz7i-NftekKWY/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La vi entrar
en la biblioteca, la seguí a distancia discreta. Esta vez no había un plan
trazado, tendría que improvisar en la marcha. Ingresé; ella ya estaba subiendo
las escaleras con dirección al tercer piso, a nuestro tercer piso; me vio desde
arriba, sonrió, creo, o fui yo quien sonrió, no, fue ella, o yo... qué más da.
Corrí escaleras arriba. Entré a la sala del tercer nivel. Caminé para no
parecer desesperado. Los estantes llenos de libros de L<span class="textexposedshow">iteratura formaban un laberinto, pequeño pero intrincado:
ella podría estar en cualquier compartimiento. Respiré hondo y me propuse
buscarla. Recorrí todo el tercer piso, y nada. Caray, esta condenada se me
habrá escapado por la puerta de emergencia... Y la vi a cierta distancia: los bucles que se mecían en cámara lenta, como
en comercial de champú, el jersey rojo, holgado, los zapatos marrones y
altos... Dios, dije (a pesar de mi conocida no creencia), respiré hondo, me
acerqué. Me paré a su lado y sin verla, viendo solo los libros que tenía
enfrente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">–Mira, ya ha pasado bastante tiempo desde que te vi por primera vez y quería
hablarte, y ya lo estoy haciendo... ehhh... y sí, piensa que estoy loco y sal
corriendo de aquí, o llama al de seguridad y dile que soy de la UPC para que me bote a patadas, ya nada importa... lo único que importa es que me estoy
volviendo loco por ti, sí, loco, lo único que importa es que te amo... sí, ya
lo dije, ya está... te am...<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">–Señorita, disculpe, se le ha caído el carné– dijo un asistente de la
biblioteca.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">–¿Perdón?– preguntó ella sacándose los audífonos que estaban ocultos entre los
cabellos.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<span style="font-size: large;">Octubre, 2013</span><br />
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">[Imagen editada de la web]</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-86444617387696677492014-08-14T10:31:00.003-05:002014-08-15T11:39:51.289-05:00El plan (im)perfecto [1]<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsuv7Y8lnQyh2_KaBZI4PfgHhGdHy-sTpWASPlsxWfiDz8iY9m6Yg04ZY0O5BNojqRCYqGRj9Z_YQSNMhUjY_RQ3U7rGchf_F9HT7VSNmOoEWcdxd94DPKpwFdg8LgsgpHz6NxKHJ2bOo3/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsuv7Y8lnQyh2_KaBZI4PfgHhGdHy-sTpWASPlsxWfiDz8iY9m6Yg04ZY0O5BNojqRCYqGRj9Z_YQSNMhUjY_RQ3U7rGchf_F9HT7VSNmOoEWcdxd94DPKpwFdg8LgsgpHz6NxKHJ2bOo3/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.jpg" height="480" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Sí. El plan
estaba trazado. Mi amigo, </span><span style="font-size: large;">un poeta hondureño</span><span style="font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="line-height: 18.200000762939453px;">,</span></span><span style="font-size: large;"> me instó a sorprenderla. Y qué
mejor que hacerlo con lo más simple y lo único que sé (creo que sé) hacer:
escribir. La había visto en el tercer piso de la biblioteca durante algunos
días, a la misma hora. Ya era tiempo. Me senté donde siempre, cerca de las
computadoras de consulta. La silla de enfrente estaba vacía, como tantas veces.
Esperaría que ella llegue, se sienta en aquella silla, d</span><span class="textexposedshow" style="font-size: large;">istraída, grácil; yo no la miraría; ambos sabríamos que
nos estábamos pensando. Ella abriría la mochila, sacaría un libro y,
concentrada, se desentendería del mundo (al menos fingiría hacerlo). Entonces,
yo sacaría una hoja y escribiría "Hola", y se la daría sin decir
palabra, mirándola a los ojos. Ella se extrañaría, leería el minúsculo mensaje
y respondería "Hola". Y yo en las nubes, sonreiría como idiota, y
ella se reiría de mi sonrisa. Y entonces, yo levantaría las cejas coquetamente
y ella seguiría riendo y yo seguiría volando y ella seguiría riendo y yo
seguiría riendo y ella segui... </span></div>
</div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="font-size: large;">Un tipo de Ciencias se sentó en la silla de
enfrente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span class="textexposedshow" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Septiembre,
2013</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">[Imagen editada de la web]</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-16253497424204675012014-08-11T10:24:00.004-05:002014-08-14T10:32:48.309-05:00De vuelta a los orígenes<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Buen día, lectores:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">No sé cuántas personas se pasarán por este espacio. Muy pocos, es seguro. Pero a quienes lean esto quiere decirles que volveré a publicar por este medio, que fue donde me inicié (al menos me animé a hacer públicos algunos textos) hace un par de años.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En primera instancia, borré los fragmentos de una historia que estaba en proceso y que tenía el infame título de <i>Historia rosada con final azul</i>. Aquella historia la comencé a escribir hace un par de años. La escribí durante las noches en que una mujer me robaba el sueño (y los sueños), pero esa mujer se fue, al igual que el fin de aquella ficción. No puedo darle un final porque en realidad la escritura fue bastante improvisada, y no tenía más que aquello que mostré. En todo caso, fue mi borrador personal, el cual deseché sin miramientos un par de semanas atrás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Ahora vuelvo con otros propósitos. Claro está que las entradas tratarán de ser continuas, pero quiero experimentar con nuevos estilos. Quiero sumergirme en una forma distinta de ver mi propia literatura. Espero no fracasar, que ya se me hizo rutina esto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pero para comenzar se publicarán cuatro pequeños textos. Todos son parte de una misma historia. Son cuatro relatos muy cortos que cuentan las dificultades de un tipo por conquistar a una chica, con un final bastante práctico pero ineficiente, como todo lo que le ha acontecido.. Para "no hacerla larga",se publicarán en dos días (mañana y tarde).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En fin, gracias a quienes se den el tiempo de leerme. Si les gusta el contenido, compártanlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Ricardo Lozano Fernandez</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-41823750070662698742013-08-31T11:22:00.001-05:002014-08-14T10:33:10.174-05:00Σoφíα<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-luvg8EsQGUI/UiF074uFkmI/AAAAAAAAAGc/RzMRRLmKBSw/s1600/ELLA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-luvg8EsQGUI/UiF074uFkmI/AAAAAAAAAGc/RzMRRLmKBSw/s400/ELLA.jpg" height="400" width="313" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: large;">Lima, 27 de agosto, 2003</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: large;">Querida Sophia:</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">La desesperación ha tocado a mi puerta y mis letras, acostumbradas al orden estricto que les impongo, se desbaratan en una continua y sofocante dispersión. Debo advertirle que lo que leerá en las próximas líneas son las confesiones más desordenadas e improvisadas que nunca antes me hubiera atrevido a decirle a alguien, y estoy seguro de que, después de hoy, no lo haré nuevamente. Me disculpo por las mil y un faltas en las que incurriré, pero es que no tengo nada claro. Prometo, sí, intentar ser breve.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">He comenzado esta carta con la familiaridad de quien conociéndole se dirige a usted con toda confianza. Debo disculparme por eso. A estas alturas se estará preguntado quién es este sujeto a quien no conoce y le escribe esta misiva. Pues, déjeme presentar. Como habrá visto en el reverso del sobre, antes de abrir la carta, mi nombre es Mario Lugano. Tengo 25 años, y estudio Periodismo en la misma universidad que usted, y asisto a las mismas clases a las que usted asiste.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Cada día, sentado en la parte posterior del aula de clases, la veo a usted llegar. La veo llegar con esa naturalidad de río, que en su azaroso recorrido busca la quietud de los manglares, con esa levedad de hoja de cerezo, que llegado el otoño se deja caer en un infinito descenso en busca del suelo irremediable. ¿Cómo es posible que criatura tan grácil toque el piso con sus pies de viento y no provoque la destrucción inminente de este mundo de mortales? ¿Cómo es posible que mi corazón, </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">pequeño instrumento de medición pasional, no se me haya salido del pecho con tanto retumbar a causa de su sonrisa? ¿Cómo, de pronto, se ha metido usted en mi vida y ha descuadrado involuntariamente todos mis laberintos que había, con mucho esfuerzo, ordenado a través de los años?</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Pero, no, no se sienta usted culpable de lo que acontece en mi alma. </span><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Entiendo que un personaje de aspiraciones imposibles como yo no tiene derecho alguno de acercar sus letras a </span><i style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">vuestra fermosura. </i><span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace;">Le pido que perdone mi atrevimiento. Suelo ser discreto, no sé que está pasando conmigo, no se asuste ni se ponga a la defensiva: prometo no acercarme a usted e interrumpir sus días, a menos que su mirada quiera alumbrar mis letras y sus albas manos me sirvan de guía en esta desolada vida.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">Le insto a seguir leyendo, querida Sophia. No, mejor, le ruego que siga leyendo, que no arroje antes de tiempo (si es que luego lo hace) estas hojas a la basura. Acabaré pronto para no aburrirla.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">La amo. Y soy un cobarde por no poder decirle, mirándola a los ojos - esos ojos que son la causa de mis desvelos -, que la amo. Temo, mi querida Sophia, que al escuchar de mi boca esta confesión, sus ojos me nieguen el brillo que me haría entender que no soy un Ícaro-intentando-volar-cerca-del-sol. Es por ese infinito temor, que me dirijo a través de este medio y le ruego que me permita ser su amigo. Cuando la vea y la tenga frente a mí, le ofreceré mis eternos respetos y estaré a su disposición, mi querida Sophia. Le ruego que acceda a mi pedido por ser de carácter necesario e inmediato.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">Me parece que he prolongado un tanto este escrito, y le agradezco si ha llegado hasta este punto. Queda tanto por escribir, pero el espacio me es adverso, y el amor, ese que se está apoderando de mis sentidos, no debe limitarse a ser escrito en un papel.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">Con todo el cariño y respeto del mundo,</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Courier New', Courier, monospace; font-size: large;">Mario Lugano</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">*La carta transcrita y la imagen que abre el texto son de autoría de Mario Lugano, un novel y prometedor periodista y escritor (autor del poemario <i>Las cuatro Marías</i>, única publicación suya de manera profesional) desaparecido el 28 de agosto del 2003. La carta data, como se ha visto al inicio de esta, de un día antes. Los mencionados documentos, junto a otros tantos (cartas, poemas inéditos y una novela de mediana extensión), se encuentran en la Biblioteca Nacional.</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-66590374621152616522013-08-20T00:07:00.000-05:002014-08-14T10:33:56.312-05:00Fotografías: pequeñas muestras hipócritas de felicidad<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Teolith es fotógrafa. Ama, desde
que tiene recuerdos, coger su cámara profesional, pegársela a la cara,
adherírsela, como si buscara el alma del aparato, y husmear el mundo a través
del lente. Hay fotografías que Teolith jamás toma. Teolith odia fotografiar
personas. Somos una tira de malditos hipócritas, se le oye vociferar cuando
alguien se atreve a preguntarle por qué no toma fotografías de gentes. Peor es
cuando los invitados a algún evento, con el brazo estirado ofreciendo la cámara
digital, le piden que los retrate. Ella solemnemente los mira con cierta pena y
odio, ya deberían saber, con tantos chismosos que hay, piensa. Si les tomo la
foto, tendré que matarlos, les dice, y se da la vuelta. Se va como una hoja al
viento, ligera como solo ella puede ser.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Y así es Teolith: una descuadrada
que se deja ser y jode a quien puede (en realidad, a quien quiere). Igual me
voy a morir, dice, así que mejor jodo a todo el mundo; si cuando muera todos
van a decir que era la mejor, que era de putamadre, y me llevarán flores y me
llorarán; por que cuando mueres todos te quieren y eres la mejor , y se
desternilla de risa la condenada. Así es Teolith, una jovencita con lentes de
marco grueso, como los de Woody Allen. Soy una maldita hipster, dice, maldita,
maldita hipster, y no hay quien le ponga límites a su risa que la tumba y la
hace rodar por el césped, cuando está en algún parque o en el jardín de su
casa; por la arena, cuando le da ganas de playa, …y de pronto se reincorpora, seria,
¡no! ¡jamás!, una puta antes que una hipster, una snob antes que una
hipster, presidente antes que… no ni huevona, presidente no, prefiero ser puta
antes que hipster y presidente, la política no va conmigo, yo soy honrada,
carajo. Sus amigos, los pocos que tiene, que pueden ser contados con los dedos
de una sola mano ya la conocen, y así la quieren. En el fondo ellos quisieran
ser como Teolith, pero es que a esta muchacha todo le sale natural, nunca parece
que estuviera fingiendo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Lo que siempre llama la atención,
desde que estaba en la escuela, es su nombre. En la escuela, las maestras, que
eran religiosas, la llamaban por su segundo nombre, pero a ella nunca le gustó.
Parecía que le temieran a ese nombre tan raro. Llámenme por mi primer nombre,
caray, les decía. Las maestras nunca la llamaron por el primer nombre y nunca
dieron razones claras del porqué. Ella escribía su nombre el cuaderno de mil
maneras, pero nunca en el mobiliario, ni en las paredes, ni en las puertas de los
baños, solo en su cuaderno. Le compraban muchos cuadernos, obvio, pues todos
los llenaba con su nombre, nada de matemáticas, ni ciencias, solo su nombre.
Pero nunca jaló ninguna materia. Es que le tienen miedo a mi nombre, pingüinos tontos, decía refiriéndose a las religiosas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Cierto día, cuentan, Teolith
estaba en el bus, enojada porque la gente estaba durmiendo, porque el conductor
era amante de la música chicha (y era tan considerado que quería que los
pasajeros escuchen a sus afinados intérpretes), y porque no traía consigo los
audífonos. La gente apesta cuando duerme, ¿no se dan cuenta?, por eso yo no duermo
en el carro, dice Teolith, porque aparte de apestar como un marrano, me canso
más. Dormir en el carro cansa, concluyó. Dicen que, enojada por los malos
olores que todos exhalaban y por la tremenda bulla que la radio emitía, se paró
del asiento y fue caminando decidida donde el conductor. No sé cómo la gente
puede dormir, además, con la tremenda bulla de este baboso, decía mientras se
acercaba temerariamente. Oye, tú, huevón, ¿qué mierda crees? ¿que esto es una
discoteca?. El conductor la miró con el terror que solo una niñez traumada puede
adjudicarse. Teolith cogió, dicen, el parlante que estaba bajo el asiento próximo al
del chofer y lo aventó por la ventana, rompiendo los
vidrios. Todos estaban despiertos con los ojos de platos mirándola. El
conductor no sabía qué hacer. Ella regresó a su asiento mientras algunos pasajeros (los que no habían estado durmiendo, creo yo) la
aplaudían y el conductor enrojecido le miraba el trasero regordete por el espejo retrovisor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">***</span></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Cuando Teolith tenía 7 años vio a
sus padres discutir en la habitación superior. Era la discusión “más grande y
fuerte” que había presenciado y jamás se le borraría de los recuerdos. Lo
gracioso, se le oyó decir solo una vez a
Teolith quien no cuenta así porque sí su vida a cualquiera, en una reunión con los amigos, es que al rato
bajaron y se tomaron una foto sonriendo, todo porque estaba la familia
presente. Tremendos conchesumares, agregó, malditos hipócritas, por eso odio
las fotografías, porque solo muestran segundos de falsa felicidad, de una
felicidad que después de disparado el flash se va a la misma mierda. Así que si
me piden que les tome una estúpida foto, los tendré que matar por hipócritas,
por falsos, por banales, … Se le oyó eructar, y perdió el sentido. Las copas de
pisco sour habían hecho efecto.</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-25276730215636708142013-06-22T11:01:00.002-05:002013-06-22T12:03:13.974-05:00Raciocinio vesánicamente lógico de la locura orática<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: x-small;">“[…] y Serrat me decía, con todo respeto, que perdí la razón por completo. [...] y el gran
Silvio decía, con ésa su pausa, 'ese nosocomio ya está resignado'. [...] y
atado de brazos y un nuevo envoltorio el Ráez me decía: "tras unos
sedantes y un vomitivo, serás mi vecino en el sanatorio". Es un
proceso largo, ya ven, que a veces se vuelve indiagnosticable, en un
horizonte de vidrio y quimeras. La locura está presa entre estas mis
venas y en este amor irremediable, en esta locura que aún tú no sabes.” <b>*</b></span></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estoy loco. Mi nombre es
Alejandro González y estoy loco. Tengo 24 años, y estoy loco. Que cómo lo sé,
pues fácil: me encanta vivir en este mundo de mierda. A muchos les gusta vivir
aquí, pero a mí me encanta, me fascina toda la escoria de la que estoy rodeado
y de la que formo parte, porque también soy un asco. Ah, además lo sé porque el médico me diagnosticó <i>trastorno obsesivo-compulsivo</i>: dice que
suelo repetir ciertas conductas, no lo creo, el loco debe ser él. Por cierto,
¿ya mencioné que estoy loco?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No ando desnudo por las calles,
no me hace falta; bueno, en realidad no ando desnudo porque estoy bastante
venido a menos en cuanto a musculatura. No como caca, no me gusta, no me acostumbro
a su sabor. No pido dinero como el loco de un centro comercial en Covida, que
solo llega los viernes por la noche con su gorila de juguete y en Navidad pone
su arbolito; es un loco con horario de trabajo que hasta cuenta en Facebook
tiene, no es broma. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No hago el amor en la calle,
aunque para eso no hay que estar loco, hay que estar arrecho; prefiero un lugar
privado, el baño de un restaurante no es mala idea. Tampoco salgo con mi
biberón gigante, ni les ofrezco una “chupadita” (del biberón, obvio) a los
transeúntes, ni salgo despeinado (me peino hasta para ir a comprar el pan) como
un cómico de antaño, increíblemente, aún vigente. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estoy enamorado. Sí, ya lo había
dicho. ¿Dónde? Donde dije que estaba loco, es lo mismo, ¿no? Estoy enamorado de
una mujer; hay quienes se enamoran de hombres, no es mi caso, al menos no por
ahora. Estar enamorado es como, es como,… es como gritar tu autosuficiencia
ante los dioses griegos y que estos te sometan a una <i>Odýsseia</i> de 10 años (sorry, Ulises); pero así es estar enamorado:
una consecución de eventos malhadados, en donde lo que guía tus pasos no son
tus propias decisiones. Pero como nos encanta el sufrimiento, ahí estamos. Estoy
enamorado, estoy loco, perdón por la redundancia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me encanta leer y escribir, y voy
a vivir de escribir y leer (más de lo primero). Esto también ya lo había
mencionado en las dos primeras palabras: estoy loco. Sí, caray, estoy loco. Me
gustan los crucigramas y las chicas, la música y los libros (si van juntos
mejor), la gente que lee y la que no lee (estos últimos sirven para elevar el
ego, pruébenlo, a menos que un(a) chic@ te guste y no sepa diferenciar
entre el amigo de Pedro Picapiedra y el poeta chileno autor de <i>Estravagario</i>, eso sí que es <i>matapasiones</i>). </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me encanta la lluvia y odio las
fiestas. Los domingos duermo hasta el mediodía y me voy a la cama a la medianoche
y no salgo a ningún lado (“mis domingos son sagrados”). Odio los inviernos y me
gustan los inviernos (?). Me gusta irme a la mierda de vez en cuando, me gusta
mandar a la mierda a algunas personas de vez en cuando. Soy un ingrato de lo
peor, aunque no es porque yo quiera (mis padres nunca visitaron a nadie, tal vez
por eso yo tampoco lo hago).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Escribo poesía que nadie lee. No me
gusta publicar mis poemas, han sido muy criticados, así que mejor se quedan en
el <i>baúl de los recuerdos</i> (disco
D de mi laptop). Tengo mala memoria, no
recuerdo ni lo que escribo, cuántos poemas que escribí en papel han quedado en
el olvido por no recordar dónde los dejo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Reclamo por los toros que unos hijos de puta matan. Cuando pienso en esas escorias llamadas toreros, me pongo a pensar, también, en todos los desadaptados estadounidenses que entran a las escuelas a matar inocentes. En verdad, no hay diferencias, solo que en el primer caso, la gente lo disfruta y pagan para verlo. Que no digo siempre que somos unos cabrones. Reclamo por la Tierra que devastamos, cuando nos morimos no nos llevamos nada, ni el cajón es ya nuestro, pero seguimos jodiendo. Y por meterme a reclamar me llaman loco. Qué cojudos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y bueno, ya basta de tanta letra.
Salgo en busca de la mejor forma de obtener inspiración: vivir. Me voy un rato
a la mierda. Adiós. Ah, lo olvidaba, estoy loco y… todos se pueden ir a la
mierda.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: x-small;">* Fragmento de Vesania, canción
incluida en “Memorias desde Vesania” del gatuno cantautor mundano (tener en cuenta
la primera acepción del DRAE) Daniel F. Gracias por la autorización respectiva. El título, por otro lado, también esta basado en las composiciones del mencionado autor.</span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-25082630500250561772013-06-16T15:55:00.000-05:002013-06-16T18:36:53.276-05:00De lo estúpido que es crear un "feliz día..."<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico se echa a dormir, como
lo hace todas las tardes, hasta las cuatro, hora en la que el padre se va a
trabajar. El chico llega cansado de la academia donde se prepara a diario para
alcanzar una vacante en la universidad donde todos quieren entrar, pero pocos
pueden. El padre se va a trabajar a las cuatro de la tarde, esta semana le toca
trabajar de noche, para que el chico pueda seguir preparándose en la costosa (para
ellos lo es) academia. El chico suele despertarse y despedir a su padre con un
apretón de manos, pero hoy no lo hace así. Hoy se despierta pero sigue con los ojos
cerrados, así lo despide, ni siquiera lo ve, el cansancio es mucho, y cierra la
puerta.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es raro, el chico siempre suele
ver a su padre desde la ventana. El chico se apoya en el marco y ve al padre,
con el caminar pausado y orgulloso, hasta que este desaparece al voltear una
esquina. Hoy, simplemente, cierra la puerta y se echa en la cama a continuar
durmiendo. Es un día raro, así comienza lo inesperado, en medio de la rutina,
cuando no se espera que pase nada. Maldita rutina, malditos cambios, maldito
día.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico se despierta
sobresaltado, el hermano menor le grita incoherencias. Alguien le ha avisado al
hermano menor que el padre no está bien, al parecer lo han llevado al hospital.
El chico maldice para sus adentros y se yergue presurosamente, no sabe qué
hacer. Encuentra a la madre que llega de trabajar. Seis de la tarde. No
entiende lo que ella le explica, coge un par de monedas y llama al hermano
mayor quien está enseñando matemáticas, así se gana la vida por ahora que es
aún estudiante. El hermano mayor contesta, y se apresura a salir del
trabajo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico y la madre salen
rápidamente de la casa, se dirigen al hospital. El chico, quien no es muy adepto
a los rezos, suplica para sus adentros, como si tratara de encontrar a ese dios
que nunca busca, o que no existe, pero a quien necesita de algún modo. Así es
el ser humano, busca lo que nunca buscó solo cuando lo necesita, convenido
idiota. Llegan al hospital, entran por la puerta de emergencias. Maldito olor a
muerte.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las horas pasan, los amigos
llegan a brindar su apoyo; algunos, después de un buen rato, comprensiblemente,
se retiran. Las horas siguen su camino, el tiempo es así, no le interesa nada,
ciego y mudo sigue adelante, inmutable. El chico y el hermano mayor duermen, el
cansancio puede más que el dolor. Despiertan, nada ha cambiado. El padre sigue
en la camilla, nadie pude entrar a verlo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La presión arterial fue tan alta
que el padre perdió el conocimiento en el auto en el que se dirigía al trabajo.
El cobrador lo bajó del vehículo y lo
dejó tirado en la acera. Nadie lo ayudó, malditos humanos, así somos, una sarta
de malditos hijos de puta a los que no nos importa nada ni nadie. Un policía fue
el único que lo ayudó, obligación, compasión, no se sabe, solo se sabe que lo
llevaron al hospital cuando se dieron cuenta que no era un borracho.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico espera en la sala. Ya ha
entrado a verlo, pero no pudo decirle mucho. Lo ha visto con muchos aparatos en
el cuerpo, unos cables en la cabeza, él no entiende mucho de eso, no entiende
nada en realidad. Se ha quedado mirándolo, lo ha cogido de la mano. Habían,
días antes, proyectado arreglar un repostero viejo para guardar los pocos platos
y tazas; el chico le recuerda eso al padre, le dice que tiene que estar bien
para arreglarlo juntos. El padre no lo escucha, está en silencio, los ojos
cerrados, su alma está en una lucha de la que salió librado varias veces de
joven, pero ya no es joven, y la lucha es ardua. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A las once de la noche, un doctor
llama al hermano mayor. El chico está parado frente a la puerta doble. Alguien
se acerca donde el chico, le dice que lo lamenta. Los párpados no se cierran,
con respeto mortuorio se quedan abiertos esperando que las lágrimas asomen. Dos
chorros grandes de agua caen por las mejillas del chico. Es lo único que puede hacer, no más. El padre no volverá a sonreírle como lo hacía, ni lo abrazará
como lo abrazaba, ni le acariciará la cabeza, ni les dirá, al chico y a sus hermanos,
que son el único motivo por el que sigue sacándose la mierda a diario. Por
ahora, todo se ha ido al carajo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al día siguiente, es el chico
quien, con ayuda de una prima, recoge el cuerpo inerte del padre. El hermano
mayor hace trámites para sacar el cuerpo sin la necesidad de una autopsia. De
la morgue, ese lugar que apesta a mierda, que apesta a humano, de ese lugar
sacan el cuerpo del padre. La prima, una de las más queridas, llora, lo quería
tanto. El chico no se inmuta, no puede. El olor de la muerte se le ha metido en
el alma, y es ese olor el que no se le irá de la mente jamás, el mismo olor que
le impedirá estar en un velorio, que le impedirá ir al cementerio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico se queda a solas con el ataúd
en el velatorio. Son tres horas, o más, o menos, el tiempo ya no importa, en
las que el chico tiene la última conversación con su padre. Llora hasta el
cansancio. El lugar está abierto, es el velatorio de una iglesia, pero nadie se
acerca. El chico llora, nunca ha llorado antes como lo hace ahora, ni lo hará
jamás. Luego, cuando la gente lo vea sin lágrimas pensará que no le dolió, pero
el amaba tanto a su padre, ¿cómo mierda no le iba a doler? El chico ignora lo que sienten sus hermanos y su madre, solo sabe que le duele tanto como a él. Ellos si llorarán luego; él, ya no, las lágrimas también se acaban.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El chico no va al cementerio en
el cumpleaños del padre, como lo hacen otros, él no puede. Tampoco va en el día
del padre. Esos días son bastante duros para él, todos los días son duros
cuando alguien parte. Son días duros que se vuelven crueles. Tal vez nadie
entienda las decisiones que el chico tomó desde aquel día, pero nadie tampoco
entenderá cuánto amaba este chico a su padre. Hay días en que no soporta más y
se echa a llorar a solas, como lo hace hoy para no morir. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hoy quisiera volver
el tiempo y asombrarse otra vez con las ingeniosas construcciones de su padre,
con esa frente amplia, con esa sonrisa fácil, con ese geste duro, con esas
manos fuertes, con esos abrazos más fuertes aún, con un libro en la mano; qué
importaba lo demás si el padre era el tipo más inteligente que él conocía, qué
mierda importaba lo demás si él lo era todo, qué mierda importan los errores cuando se
ama. Hoy, el chico que ya ha dejado de ser chico, que se va convirtiendo en
hombre, quisiera volver el tiempo y no cerrar esa puerta y ver, siquiera de
espaldas y con ese caminar pausado y orgulloso, a su padre voltear la esquina.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para Jorge Roberto, a quien no
puedo recordar sin llorar.</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-16265397378944133212013-06-13T12:34:00.001-05:002014-01-11T08:47:48.579-05:00Escritores y "escritores"<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">Dicen que las mujeres se
enamoran de los escritores (como quien se enamora de cualquier otro). Me ha pasado. Muchas mujeres (no tantas en realidad),
que me ignoraban por completo, cuando se enteraron que soy un prospecto de
escritor, se me acercaron con intenciones poco buenas y poco morales. Es que
este oficio es tan cautivador como decepcionante: cautivador para los que nos
aventuramos y dejamos todo por dedicarnos a ficcionar; decepcionante para
quienes se dan cuenta que los escritores no tenemos ni para saciar la necesidad
instantánea del mendigo de la esquina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">He comprobado que somos como
esos insectos extraños a los que todo el mundo examina cuando son descubiertos.
Los estudian, y los abren, y les sacan las entrañas y el cerebro para saber qué
hay dentro, y luego, cuando todo está consumado, cuando ya saciaron su sed de científicos
pro-obtención-de-conocimientos-para-el-mundo, solo entonces, se les deja en
paz, a los que quedan, cuando ya la cantidad de especímenes no supera los diez,
solo entonces, se les ignora, se les abandona. Así somos los insectos extraños,
así somos los escritores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">Las chicas que se acercan
donde los escritores lo hacen con la ingenuidad de Eva al comer el fruto
prohibido. Luego de un tiempo, no mucho pues la reacción a veces es
instantánea, las susodichas nos
descartan al darse cuenta que nuestros bolsillos están llenos “solo” de poemas
y lápices, e ilusiones y más poemas, e ideas de cuentos y novelas, y alguno que
otro sueño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">Es así que el joven escritor
regresa a la soledad, a escribir sus más sentidos poemas. Después de todo, no
es malo el obrar de dichas féminas, al contrario, si no fuera por ellas, no habría
escritores románticos y desdichados y geniales. Así que, aunque nos retorzamos
de dolor por la ausencia del amor de nuestras vidas (qué estúpido suena esto)
es de ahí de donde nos valemos para explotar nuestro arte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">De pronto siento que el
escrito se ha vuelto un tanto machista. No me olvidé de ustedes escritoras,
tanta mujer valiosa que expresa con mejor tino las emociones humanas y
animales. Recuerdo que me enamoré de una poetisa, Dios, qué hermosa, con dedos
llenos de magia, su voz era el poema que todo poeta busca, era el poema más
hermoso que se hubiera escrito (qué patético), era… lesbiana. Maldita sea, mi
primer amor poético y era lesbiana. Aún sigo en amores con ella, ella no lo
sabe, así que le hago el amor a su alma (estas son todas las estupideces que el
amor nos provoca escribir). Me doy cuenta que he confundido amor con enamoramiento,
tendré que filosofar un tanto con respecto a esto, así que el tema, por lo
pronto, se queda ahí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">El propósito de escribir
esto no es mostrar a los escritores como seres incomprendidos (la verdad es que
sí lo son, pero eso solo lo confiesan ellos para sus adentros, no para el
público), como seres que se inmolan por amor a la humanidad. Nada de eso. El
fin último es que nos demos cuenta que el oficio del escritor es tan sincero
como los demás (como los que son sinceros, por supuesto, aquí no entra el
oficio de “gestor de obtención de artículos de pertenencia ajena” o “choro”, o
el de “vigilancia exhaustiva no requerida con propósito de habilitación de
guardado permanente de los ahorros de toda su vida” o “marca”, no, esos no). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">El oficio del escritor es
maravilloso, para</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"> los escritores, claro está. Al final, los escritores no somos
nada del otro mundo, qué idiota quien piensa eso, somos solo seres humanos que
escriben, como el zapatero que arregla zapatos, o como el mototaxista que
maneja su mototaxi, y así. Cualquiera puede ser escritor, si hasta la autora de
una saga romántica de vampiros y una exconductora peruana de tv basura escriben.
Cualquiera puede escribir, de allí a llegar ser buen escritor es otro asunto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Feliz día a todos los buenos escritores.</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-64529785411931196612013-05-23T14:01:00.001-05:002013-06-03T14:29:47.690-05:00Duran menos los amores en invierno<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estaba escuchando al gran Vivaldi
y recordé que el invierno comienza por estos días, o creo que en junio, no lo
sé, solo sé que en algún momento empezará (intenté averiguar qué día comenzaba
oficialmente, pero el Senamhi nunca dio respuesta a mi mail). En mi caso, el
invierno no tiene comienzo… En este punto, algunos pensarán que soy afortunado
por no tener inviernos en mi vida; otros, que no sé de lo que me pierdo, puesto
que es una estación, aunque lúgubre y friolenta, bastante divertida (en algunos
lugares hasta hay nieve). La verdad es que para mí los inviernos no tienen
comienzo… porque tampoco tienen final (no perderé el tiempo explicando la
circularidad de mi afirmación).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nunca me gustaron los inviernos:
días fríos, ropa abrigadora (incómoda), duchas más heladas, bebidas calientes,
despedidas inevitables… Nunca me gustaron, pero hubo un día en que comenzó
esto. El “nunca” es, por supuesto, exagerado.
Sí ya sé que escribí que mis inviernos no tenían final porque no tenían
principio en mí y todas esas cosa que se escriben para parecer más interesante
de lo que se es. Sí, comenzó un día de
invierno, hace muchos años.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Colegio. Primer año de secundaria.
Invierno del 2001. Seis de la tarde, día en extremo gris y lluvioso. Estaba con
Miguel, un amigo de entonces al que no he vuelto a ver desde que salimos del
colegio, creo. Sentados cerca a la puerta, esperando a no recuerdo quién. De
pronto, la vi. No puedo describir lo que sentí en ese momento… porque la verdad
es que no lo recuerdo, pero… lo que sí recuerdo es su rostro de niña: tierna,
traviesa, bella. Sus ojos, cuando se dio la vuelta (revoloteándole los cabellos
en cámara lenta, como en las telenovelas), me miraron inquietos, enamorados,
hipnotizados,… mentira, ni siquiera me miró, pero en aquel entonces creí que lo
había hecho. Me había enamorado por primera vez en secundaria (en primaria anduve enamorado de otras niñas, es que así es el enamoramiento, el amor es otra cosa).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo significativo de esta tarde,
de este espacio, de este tiempo, y en escasa proporción de la persona
mencionada, es que desde entonces todos mis inviernos serían más fríos y
duraderos. Tiempo después, le dije que estaba enamorado de ella, la respuesta
era predecible. Ella se fue al año siguiente al extranjero, no la he vuelto a
ver. Ella se fue, nada más. Lo significativo de todo lo que pasó aquella tarde
en que la vi por primera vez, no es el hecho de que ella estuviera allí – al
final no está, ni nunca estuvo -, lo más importante es que era yo quien estaba
a punto de recibir el regalo (yo prefiero maldición) del eterno invierno.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No soy nihilista, un tanto
pesimista sí, solo un tanto. Sentí, y esto sí lo recuerdo bien, que desde
entonces mis inviernos no serían los mismo. Y no lo son. Mis inviernos
calurosos en verano son soportables, pero los inviernos de invierno, esos me
llegan hasta el alma (que creo que está en la parte media izquierda del pecho,
los médicos la llaman corazón, qué tontos).</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mis inviernos – o sea mis días – son todos iguales: poco
sorprendentes, poco sorpresivos; pero de algún modo sigo aquí, así que tengo
que seguir abrigando las pocas ganas que hay de continuar. Por estos días, he
recibido un motivo más para que me llueva el alma, un motivo más para que se me vengan cual alud
todos los inviernos del mundo, un motivo más para que los recuerdos de todas las
ausencias, que viven ahí en ese pequeño lugar que los médicos se empecinan en
llamar corazón, celebren por recibir una nueva compañera.</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-25962837946177966442013-05-11T19:20:00.000-05:002013-06-14T20:42:28.575-05:00Retrografía del sujeto que, no sabiendo qué hacer, se sumó a la larga lista de hombres que no quieren despedirse pero aún así se van<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Fue
Fátima quien lo encontró. Era casi la medianoche y había subido porque la
música empezaba a hacerse molestosa. Tocó la puerta un par de veces, no obtuvo
respuesta, talvez se había quedado dormido. La puerta estaba con el seguro
echado. Bajó a la cocina en busca de una copia de la llave de la habitación.
Abrió la puerta, él estaba tirado sobre la cama en posición fetal, el frío
sometía a cualquiera. Apagó el radio: la voz de Gilmour se desvaneció al
instante. Se acercó con cuidado, vio una mancha pastosa y plateada brillar a la
luz de la luna que se colaba por la ventana abierta. Algo no andaba bien, cerró
los ojos negándolo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegó
a casa. Entró sin saludar a nadie, y nadie lo detuvo, solo se miraron
extrañados. Subió a su habitación. Las 11 de la noche no era una buena hora
para escuchar <i>rock</i>, pero sabía que
nadie reclamaría; la acústica en la habitación era envolvente: las letras
lacrimosas de <i>Hey you</i> lo retraían
hasta el momento en que escuchó aquello de los labios de ella, y aun antes. Subió
el volumen. Se tiró en la cama de bruces, con el desgano y la fuerza de un nadador
que desde el inicio se sabe perdedor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">De
camino a casa pasó por lo de don Valencia, la farmacia estaba cerrada. Pensó en
renunciar, pero el pesar podía más que el cansancio. Recordó que a la vuelta
estaba la ferretería: era más doloroso, pero igual de efectivo. Llegó, fue
despachado, no agradeció. El tendero dudó un instante, intentó explicar el
correcto uso, no hizo caso, se dio la vuelta, como si él no supiera matar
roedores. Y así se sentía: un minúsculo roedor, de esos tontos que se dejan
atrapar por una trampa, que comen lo que malamente le ponen sobre una hoja de
periódico. Pero él no era un roedor de aquellos. De aquellos, no.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Se
levantó de la banca del parque como tantas veces lo había hecho, pero esta vez
lo hizo solo. Las luces de los postes marcaban enormes sombras, tristes
imitaciones de la gente sometidas a la repetición instantánea. No volteó la
cabeza a mirarla. Un par de gotas suicidas se lanzaron desde sus pupilas, se
dejaron caer con la lentitud del rocío matutino. El pie derecho con el que siempre
solía empezar a caminar recorrió con ávida parsimonia cada centímetro de la
baldosa próxima. Ella tampoco lo miró, al menos lo intentó, no pudo evitar que llegara
hasta ella, por el rabillo del ojo, la figura de él yéndose. Lo que le había
dicho no solo lo había destrozado a él, ella sentía también cómo la noche la
abrazaba, como tantas veces la había abrazado él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Lucía
lo había estado esperando. Él le dio un beso suave cuando llegó. Se sorprendió
que estuviera allí antes que él. Lucía aspiró hondo, empezó a hablarle. Él la
escucho sin omitir detalle alguno, parecía que estaba comparando. Y sí lo
hacía. Ella seguía hablando, él ya no la escuchaba, el tiempo se había vuelto
inevitable, era necesario salir de ese malaventurado instante. Levantó la vista
que había mantenido sobre las baldosas hasta entonces. La miró por última vez,
sí, sería la última vez que la vería. Él ya sabía todo lo que ella le estaba
contando, claro que en la versión correcta, ella no tuvo reparos en obviar
detalles que sabía que le dolerían más. Pero a él ya le dolía lo suficiente
como para tener que soportar mentiras. Se levantó de la banca.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-76302791607073533372013-02-09T20:03:00.000-05:002013-02-10T21:23:13.749-05:00Di Ser Piero<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llevábamos varios días en lo mismo. Llegaba con la blusa
floreada y los vaqueros azules, bella. Los cabellos los traía recogidos algunas
veces; sueltos, otras tantas. Depende de los ánimos, me decía, y yo reía
celebrando su simpleza. Se desnudaba, entonces, mostrándose tal y como era, o
al menos como quería que la viera. Se ponía una túnica oscura sobre los hombros
y una suerte de velo traslúcido sobre la cabeza. Y se sentaba en un banco alto, y cruzaba las manos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Comenzaba. Ella se quedaba quieta: el viento no sacudía sus
cabellos, los sonidos foráneos no la distanciaban de su precisa concentración. Su
rostro en cuarto creciente me mostraba una sonrisa apenas perceptible, una
sonrisa que parecía guardar los secretos del mundo. Parado frente al caballete,
me dejaba atrapar por la serenidad que me inspiraba aquella sonrisa. Luego, no
muchos segundos después, el semblante me cambiaba: era desconcertante el
huracán de sentimientos que generaba en mi interior.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los ojos en sí no expresan nada, párpados y cejas son los
que nos dan cuenta de los sentimientos de turno. En sus ojos, en cambio, podían
verse reflejadas las más sinceras emociones y los deseos más apasionados. A
veces sentía que miraba mis ojos, otras veces sentía que me miraba el alma.
Sentía cómo algo desde más allá de sus ojos atravesaba la habitación y se metía
en el pecho desordenando emociones, recuerdos, deseos, miedos… Decidí que sería en ellos donde se volvería infinita mi existencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cierto día, luego de nuestra sesión vespertina, me preguntó
cuándo iría a terminar. Me quedé mirándola en silencio por unos segundos-horas. Lo lamento, no sabría
decirle, respondí al fin. El artista no elige el fin de la obra, ni siquiera
elige la obra; es la obra quien elige al artista, agregué. Ella me miró con
cierta desconfianza que supo borrar rápidamente. Sentí por un instante que
sospechaba que no le decía toda la verdad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Siguió viniendo por muchos días, hasta que no la necesité más; el resto de la obra dependía de cuánto pudiera yo agregar, aunque no había mucho por hacer: las formas y colores eran suyos, no tuve más que copiar su fantástica realidad. Así, el cuadro quedó con dos pinturas superpuestas: la primera donde estaba ella toda mía, que nadie más fuera a ver; y la otra, donde también estaba ella, pero en contraste, esta era universal, le pertenecía al mundo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***</b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El Maestro, como lo llamaban sus coetáneos, había permanecido encerrado por mucho tiempo. Había terminado una de sus más grandes obras, pero aún había mucho por hacer: pintar, vivir, amar... aunque no siempre en ese orden, claro. Sabía que ella desconocía que la amaba. Sabía que no volvería a verla. Sentía que la había perdido. Pero sentía, también, que no se había marchado, que estaba ahí dentro volviéndose él. Cogió el pincel y escribió su primer nombre: <i>Leonardo</i>. Dudó un rato, no necesitaba firmar la obra, ya no le pertenecía. Cubrió con capas de pintura lo que había escrito; no quedó, entonces, más que una sonrisa y un par de ojos: signaturas naturales y divinas de lo intemporal.</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-82804816502989306972013-01-09T17:19:00.000-05:002013-01-10T18:22:05.588-05:00Silvia y mis otras obsesiones (confesiones de un hombre triste)<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Amo a Silvia. Silvia no me ama, creo. Mi nombre es Alejandro. Tengo 27 años. Soy escritor. De entre las muchas cosas que odio, es la velocidad la que
más odio. Odio el verano, también. Tengo una relación de amor-odio con el
invierno. Me gusta la lluvia. Leo novelas febrilmente. Adquiero libros con
frenesí. Escribo con insania. Compro solo un diario desde siempre. Me gustan
los crucigramas. Pierdo lápices con mucha facilidad. Amo a Silvia. Silvia no me
ama, creo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Silvia entró en mi vida no hace mucho. Desde entonces, Silvia se convirtió
en la quimera que perseguiré toda la vida. Desde entonces, amo a Silvia. Silvia
se duerme temprano: la noche no le conoce los ojos de estrellas; solo mi mundo
ha sido dichoso testigo de sus ojos acuosos. Mi nombre es Alejandro: no
encuentro otro nombre que me guste, por eso me quedo con este que tampoco me
gusta. El de ella, en cambio, es nombre divino. Aunque a fin de cuentas, al igual que el de ella, el mío no es más que
una invención que únicamente el papel eterniza. Soy escritor, al menos eso quiero pensar, al menos mis atribulados escritos me obligan a creer eso. Si no escribiera, no sabría más qué hacer. A mis 27 años solo me siento
orgulloso de haber dejado este mundo y largarme al mío. Mi mundo no difiere del
suyo: libros, conversaciones inteligentes, conversaciones triviales, sonrisas
cómplices… Odio la velocidad: es una manera resumida de decir que odio la
distancia y el tiempo; a diario pierdo el segundo mientras recorro al primero. La
distancia que tanto odio me aleja de ella. El tiempo que tanto odio agrega días
y más días a mis patéticos estados de ánimo porque no la veo. El verano llega
con sus horas solitarias colmadas de hastío y ella no está. Amo-odio al
invierno porque en los días fríos se me llena la cabeza de las cosas más
tristes: mi infancia enfermiza, el difícil amor de mi madre, el adiós de mi
padre, el adiós de Silvia; y de las más dichosas: leerme en sus ojos,
discutir con su sonrisa burlona y sincera, amarnos a través del silencio… Me pongo
a llorar cuando llueve y nadie lo nota. Las lágrimas obsesas con el suicido cumplen
su cometido al estrellarse contra el suelo, y en el charco que forman veo sus
ojos acuosos (jamás me cansaré de usar esta palabra). Leo con adicción para
tratar de descubrir, en algún rincón de alguna novela, su nombre. Compro solo
un diario desde siempre solo para llenar los crucigramas, esos que nunca envío. Los completo con las letras de su nombre. Los lápices son mis
herramientas, pero los pierdo. Son tantos los que han quedado en el olvido, como
yo. Los busco por un tiempo; luego los dejo seguir sus caminos lejos de mí, es
lo mejor. A ese punto ha llegado mi locura.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Amo a Silvia. Silvia no me ama, creo. Si dejo de escribirle, moriré. Si
dejo de escribir, Silvia no se enterará que la amo. Escribo con insania para
evitar caer en la locura que significaría pensar racionalmente. Le escribo a
Silvia porque, sino le escribiera, sería el corazón quien termine por hacerlo.
Amo a Silvia. Silvia no me ama, creo. O tal vez me ama, al menos eso quisiera
creer.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-1249357218884695542012-12-12T13:49:00.000-05:002013-02-15T17:14:13.868-05:00Mirando el Sol de noche (carta de Silvia)<div style="text-align: justify;">
Hoy me he sentado a observar las estrellas
y he recordado que estamos a vísperas de tu cumpleaños. Un año más de vida, uno
menos. No sé de qué lado estarás tú. Ignoro por completo si te gusta que te
feliciten con un abrazo y un regalo (lo segundo es opcional), o si lo odias por sentir que te están dando el pésame por tu futuro deceso.</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE">En estos pensamientos estoy, mientras la
Luna me hace dudar de lo avanzada de la noche. Y si me encuentro al otro
lado del mundo, y si de pronto es el Sol que alumbra mis pupilas acuosas, esas que
te encantan, en las que sueles zambullirte. Ignoro, también, la distancia que
para este momento nos separa: kilómetros de miedo, deseos, sueños y secretos
(sobre todo lo último).</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE">Cuando extraje las hojas en las que escribo
de entre mis cosas personales, reparé en un libro del estante al que no acudía
hace mucho: <i>Ladrón de libros</i>. Al
instante tu rostro se me dibujó en la portada. Ahora, aquí afuera, a la luz de
esta Luna-Sol me pregunto si no fuiste tú el autor de este libro. Es que son
tus letras, son tus historias burlonas y tristes, llenas de insania y
desventuras. Leo – como si fuera la primera vez – el nombre del autor: Jorge
Cuba. Así descubro quién en verdad eres. Eres todos y nadie. Eres la noche, el
día, las nubes, el Sol, la Luna, el narrador, el poeta, el amante, el dios, un lugar lleno de libros… eres
Jorge Cuba, también.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE">Alejandro, cómo así de pronto con esa
mirada torva te has metido<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=4940545644340406205" name="_GoBack"></a> en mis días, cómo te has apoderado
de los pensamientos que no te correspondían hasta ahora. Cómo, Alejandro, me
veo metida en este vertiginoso juego de escaparme (con el corazón en la mano) a
encontrarme contigo en el tercer piso de la desesperanza, a buscarte los labios como si de ello dependiera mi subsistencia, a cogerte las manos y así evitar caer en el <i>no-recuerdo</i>... No puedo explicarlo
Alejandro, no puedo, no puedo…</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE">Nos hemos aventurado a seguir la línea del
olvido. Ja ja ja. Como si eso se pudiera. Acaso Werther lo hubiera hecho, o
Romeo, u Orfeo, o incluso el mismo Odiseo. Ellos no se arriesgaron a…maldición,
no puedo seguir, pero debo… acaso nosotros tenemos que arriesgarnos a
permanecer ajenos el uno del otro, acaso debemos escondernos en algún lugar
donde solo nosotros sabemos, donde tal vez en un arranque de pasión me aviente sobre ti buscando tus labios que por un segundo se vuelven míos.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE">Lo mejor, Alejandro, será arrancarme los trozos de tus ojos del alma, arrancarme tu nombre de los días que continuarán a esta carta que quién sabe si llegue a tus manos, lo mejor será...</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-PE"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES-PE">***</span></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
Un ruido foráneo se coló en la habitación. Silvia abrió los ojos y las lágrimas acumuladas rodaron hasta las sábanas. Todo había sido un sueño. No se incorporó. Dejó la mirada en el techo blanco de su habitación. Después de unos minutos se levantó y fue por un papel y un lápiz. No tenía más sueño; solía dormir en extremo temprano. Ya sentada al escritorio una idea se apoderó de ella. Dibujó un corazón en la hoja... la arrugó y la arrojó al tacho de basura: había descubierto una nueva forma de deshacerse de lo que sentía.</div>
</div>
</div>
ohttp://www.blogger.com/profile/13740999090930235096noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4940545644340406205.post-3380262418443156862012-11-30T21:52:00.001-05:002013-02-15T17:15:37.722-05:00Cuando la Luna sale de día (carta a Silvia)<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
“…de ser un recuerdo, o tal vez, para ella, un olvido. …”.
Así versa el fragmento de la letra de una canción que me trae a la mente tus ojos
acuosos. Es que tus ojos me han invadido los sentidos, me han descuadrado los
estándares vivenciales en los que me había sumergido. Tus ojos han pasado de
ser simples órganos visuales a ser luminosas estrellas errantes de mi cielo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mi alma, cual incólume hoja blanca, ha sido retratada con tu
<i>nirvánica</i> sonrisa que me eleva hasta
las nubes exentas de penas. Sé cuánto oculta tu sonrisa, porque la mía habla en
el mismo códice que la tuya. Sé que en la infinidad del recorrido de las rectas
paralelas nuestras sonrisas son una amalgama confusa donde lo único reconocible
son nuestros labios. De allí, de esa infinidad oscura y solitaria, tu sonrisa
me salva a diario, me rescata del naufragio en el que me toca vivir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La espera se hace ciclópea cuando se trata de verte, de
vencer las distancias y migrar – golondrina solitaria en busca del sur – hacia el
calor de tu presencia austral. Las noches se hacen tan largas. Suelo asesinar
los minutos escribiendo en papeles que cuentan historias ciegas. Ciegas, pero
no mudas. Detrás de cada letra hay un grito desesperado por hacerte parte de mi
magullado destino. Cuando mi travesía nocturna se oculta a la luz del albor, el
sol me descongela las alas y, maltrecho, me encamino en la búsqueda de tus horas
más sinceras, de tu sonrisa que me habla sin decirme nada, que me abraza con
los brazos de tu alma, que me aparta de tus horas verdaderas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cómo describir lo que siento si no es de esta manera,
ocultando en esta compleja parafernalia un “te necesito” sincero. Si hasta me
he visto obligado a hacerme, por un lado, poeta de medio tiempo y crearte rimas
insonoras, caducadas, devastadas, solitarias… y por otro, narrador
inconsistente que se auto protagoniza en una historia que, de ser por mí, duraría toda la vida tan solo para
mantenerte atenta a mis letras. Si hasta me he visto obligado a soñar de día, mirando la Luna. Si hasta me he visto obligado a crearte un nombre: Silvia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Así me pasaré la vida, en este lado del libro, donde puedo elegir quién soy, donde puedo alcanzar tu amor y podemos tener una historia. Talvez un día mis ojos se liberen a la luz de tu firmamento y me vea en tus brazos, respirando tu aire, sintiendo tu sonrisa entre mis labios... dejando de ser un maldito recuerdo,,, dejando de estar para siempre en el olvido.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
***</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Para cuando Silvia acabó de leer la carta, se había formado un conglomerado de dudas y preguntas en su cabeza que se sumaban a las que por aquellos días la habían invadido. Silvia tomó entre sus dedos temblorosos la única herramienta capaz de darle respuestas: su corazón.</div>
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